“Pinche gobierno ojete y asesino”
•Grito de una madre junto al cadáver de su hijo en las Choapas
El cadáver de la víctima yace en el suelo. La sangre que brota de los agujeros de bala en el cuerpo empapa la tierra. A un lado, como una fiera a la que un depredador le acaba de matar su crío, la madre, la maestra Rosario Rojas Aragón recriminó la ola de violencia que sacude desde hace más de un año al municipio de Las Choapas, la misma que el mediodía del martes le arrebató a su hijo Miguel íngel Castillo Rojas, de 32 años, y mantiene entre la vida y la muerte a su otro muchacho, Moisés Castillo Rojas, de 21.
En un video que circula en redes sociales en el sur de Veracruz se escucha la voz de Rosario Rojas Aragón, quien también es vocera del Movimiento Magisterial Popular Veracruzano (MMPV), uno de los frentes más beligerantes contra la reforma educativa de Enrique Peña Nieto, y se le mira reprobar la violencia, la injusticia y la impunidad que reina en el sur de Veracruz; su otro hijo, Moisés, ya se lo habían llevado a urgencias médicas para salvarle la vida.
Ignacio Carvajal/Coatzacoalcos, Veracruz
Llevaba al menos cinco impactos que se ganó por intentar defender a su hermano Miguel íngel, quien recibió otro tanto de plomo por razones no conocidas hasta el momento.
Pasado el mediodía, el par de hermanos salió de su casa, en la colonia La Sabana, uno de los rincones más violentos en Las Choapas, para comprar huevos y jamón para almorzar. Cuando regresaban de los abarrotes aparecieron dos pistoleros. Con el casco puesto, uno bajó de una moto y lanzó varios disparos contra Miguel íngel; el hermano menor se metió para atacar al agresor, le despojó del casco protector; sin embargo, el pistolero accionó su arma y lo mandó al suelo herido de gravedad. Los dos carnales quedaron tendidos. Miguel íngel Murió en la escena sangrienta y Moisés ahora lucha por su vida en una clínica particular.
Las crónicas de periodistas locales, hablan de once disparos que revolvieron el ambiente de por si tenso en Las Choapas. Antes del arribo de las autoridades, lo hicieron docenas de curiosos de la colonia La Sabana provistos de celulares para tomar foto o un video de la escena. La muerte vuelta en un espectáculo, lo que enojó a la profesora que comenzó a recriminar. Un amigo del finado, identificado como “Chava”, arremetió contra quienes filmaban y contra la policía municipal. Se formó una trifulca entre los curiosos, Policía y deudos la cual culminó con la detención de Chava por alterar el orden público en la escena sangrienta.
“No alcancé a darle un garrotazo por que traía las zapatillas, pero allí lo tumbó mi hijo, el menor, allá donde le dieron también de balazos” se oye exclamar la maestra en el video que ya pinta para tendencia viral en redes sociales.
“El casco también lo tengo”, repuso la mentora sobre lo único que lograron despojar a los mensajeros de la muerte.
En las imágenes se le ve de pie, estoica, descalza, una blusa roja y pantalón de mezclilla, arengando enérgicamente contra personal de la Fiscalía Regional y elementos de la Policía Municipal.
Reprueba la maestra que Chava, el detenido por la riña, haya sido apresado: “Él vio el rostro del asesino, no se vale, para que al rato lo desaparezcan, como han hecho en Tierra Blanca, en Isla y en muchos otros lugares”.
“Pinche gobierno ojete, porque no es otra cosa más que un asesino, junto con todos los pinches paleros que hay alrededor” gritó la mentora al fustigar a los elementos de la Policía Municipal, cuyo jefe, el alcalde Marco Estrada, ante la presencia de narco-mantas del Cártel de Jalisco Nueva Generación amenazando a sus rivales, Los Zetas, y secuestradores, declaró a la prensa que la población no tenía que sentir preocupación ante tales manifestaciones de los cárteles: “Sólo están amenazando a los que andan mal, a los ciudadanos no les pasará nada ni a los que andan bien”.
Es el mismo edil que suspendió el Paseo de la alegría 2016, una suerte de intento de carnaval. Su argumento: en esas festividades corren ríos de alcohol y los ánimos de la población se caldean. Nada conveniente al de por sí elevado clima de hostilidad y violencia en Las Choapas (42 mil 693 habitantes).
En Las Choapas no hablan de secuestros. Es raro. Son los homicidios dolosos los que se imponen en las notas informativas sobre hechos violentos en la región. Medios de comunicación como diario Presencia, editado por el periodista Roberto Morales Ayala, llevan un conteo de al menos 40 ejecuciones entre 2015 y el trascurso del 2016. Del 2014 al 2015, por ejemplo, poco más de una docena de ciudadanos de Las Choapas aparecieron, en diversos hechos y fechas, asesinados sobre parajes de la carretera Raudales-Las Choapas-Ocozocoautla, ya en los límites con el estado de Tabasco. La mayoría de las víctimas o eran ganaderos o estaban relacionados, presuntamente, con la venta de combustible ilegal.
Las Choapas se erige como uno de los municipios con mayores pozos y campos de producción de crudo de Petróleos Mexicanos (PEMEX). El municipio vecino de Moloacán, a finales de 2015, resultó “premiado” con la subasta de dos de los mayores campos maduros para la iniciativa privada. Salieron en la Ronda Uno organizada por la Comisión Nacional de Hidrocarburos y la Secretaría de Energía. Su otro vecino, Agua Dulce, es haciendo del activo cinco Presidentes; colindan también con la Estación Central de Bombero y Distribución de Nuevo Teapa, en términos de los trabajadores petroleros, “el corazón” de PEMEX en México, pues allí llega, y desde allí se distribuye al país, el 90 por ciento del crudo proveniente de Tabasco, Campeche y Chiapas. A menos de una hora se ubica Coatzacoalcos, en la que se alzan tres complejos petroquímicos desde los cuales se realiza poco más del 90 por ciento de la petroquímica nacional.
Ante tanta bonanza, Las Choapas se erige como un lugar estratégico geográficamente, pero en donde también la vida se ha devaluado notoriamente.
La maestra Rosario Rojas Aragón así lo reprochó a las autoridades que no se atrevían a acercarse al cadáver perforado de su hijo Miguel íngel, también maestro:
“¿Cuantos asesinatos ha habido en Las Choapas, díganme, cuantas ejecuciones, cuantos descuartizados? ¿Qué han hecho esta gente?… no han hecho nada. Cuando agarran a un asesino, nunca falta un hijo de su chingada madre que hace arreglos y por allá lo saca. Luego hasta en las declaraciones se contradicen y se desdice ¿qué es eso?”.
La arenga de la madre concluyó con el arribo de una joven, hermana de los finados, quien cuadras atrás gritaba y reclamaba el dolor de la pérdida de un hermano y el ataque mortal al otro. “Por qué, por qué, no puede ser, dios, quien fue, no dios mío”, decía, expresión del dolor tatuado ya en el sur de Veracruz, pues casi a la misma hora en que se desarrollaban los hechos violentos en Las Choapas, en un hospital de Minatitlán, doctores y enfermeras preparaban una marcha para exigir alto a la violencia contra los galenos luego de que una doctora fue secuestrada la mañana del martes en Mina, el cuarto profesional de la Medicina plagiado en el 2016.
La protesta se canceló a petición de la familia de la víctima para evitar exponerla. La semana anterior, el senador Fernando Yunes Márquez anunció la petición de un punto de acuerdo en el Senado para pedir el arribo de más elementos de la Marina y del Ejército al Sur de Veracruz; en el mismo tenor, la diputada por Coatzacoalcos, Rocío Nahle, habló de la urgencia de un Comisionado para meter orden en Veracruz por la violencia desatada.