La campaña electoral de los candidatos a mini/gobernador de Veracruz, sólo dos añitos atragantándose con el poder, ha dado pie a una nueva categorí­a social en el caso de los Yunes.
El Yunes bueno...que así­ se proclama en su comunicación polí­tica Héctor Yunes Landa.
El Yunes malo..., que tal cual así­ ha definido Héctor Yunes a su primazo, Miguel íngel Yunes Linares.
Y el Yunes súper bueno..., que así­ ha sido catalogado el senador Pepe Yunes Zorrilla por la población jarocha, considerando que los primos Héctor y Pepe se están madreando con todo por arriba y por abajo de la pasarela polí­tica, social y mediática.
Claro, faltarí­a definir al resto de los Yunes que andan en la polaka.
Entre ellos, y por ejemplo, Tato Vega Yunes, el candidato de AVE a la diputación local por el distrito de Emiliano Zapata, quien se “deslindó” por completo del Yunes azul para entregarse al manto protector de Javier Duarte.
El diputado local, Juan Manuel Velázquez Yunes, satanizado por su propia hermana como un despojador de la herencia familiar.
Los Yunes Márquez, Miguel íngel, Fernando y Omar, presidente municipal de Boca del Rí­o, senador de la república y empresario poblano citado en Papers Panamá.
Los Aguilar Yunes, el diputado federal y el titular del SAT en Xalapa.
Pero, bueno, y por lo pronto, nos quedamos con la Santí­sima Trinidad.
El Yunes bueno, Héctor.
El Yunes malo, Miguel Angel.
Y el Yunes súperbueno, Pepe.