Diario de un polí­tico
Ni el presidente ni gobernadores pueden…
27 de noviembre de 2011

Una parte de mexicanos y en el extranjero tiene la creencia de que el gobierno federal y estatal va perdiendo la narcoguerra por las siguientes, entre otras razones:
1.-Cinco años después, el saldo de la violencia llega a 50 mil muertos, 20 mil desaparecidos, 20 mil niños huérfanos y cientos, miles quizá, de viudas, y de cualquier forma, la guerra sigue. Ninguna parte ha cedido. Y al paso que vamos, se prolongará más allá de diciembre 2012 si un panista ganara la presidencia de la república, y/o se cortará de tajo si el priista y/o el perredista ganan Los Pinos.
2.-El gobierno ha destinado el más alto presupuesto para combatir a los narcos, en tanto los señores de la droga han sido recí­procos, pero el gobierno ha sido, hasta ahora, incapaz de ganar la guerra.
3.-Mientras los soldados, marinos, federales y policí­as combaten a los capos, pero al mismo tiempo, cuidan su vida, la vida propia, los sicarios salen a arriesgar la vida, con todo lo que da, sin importar si salen vivos o muertos. Son algo así­ como kamikaze.
4.-Por más estrellas que a los cuerpos militares y navales les han colgado al pecho con ascensos, los señores de la droga han filtrado a las fuerzas armadas y cinco años después siguen dándose alianzas de una parte de ellos con los capos.
5.-El hecho de que en la narcoguerra existan ví­ctimas colaterales, es decir, civiles asesinados, entre ellos, niños y mujeres, significa un factor en contra del gobierno, pues las familias terminan irritadas, pidiendo a la elite polí­tica en el poder que de una vez por todas concluya la guerra.
6.-En tanto del lado del gobierno se extiende la vigilancia federal en el resto del paí­s para combatir a los narcos, los narcos han asesinado a un candidato a gobernador y a más de veinte presidentes municipales y diputados. Y lo anterior evidencia la fortaleza y la capacidad oficial para imponerse en la narcoguerra.
7.-La ola de violencia en el paí­s ha originado un poderoso movimiento social en contra del Felipismo, el último de los cuales, encabezado por el poeta Javier Sicilia, ha trascendido al extranjero. Y en todos los casos, el descrédito es para el gobierno en turno.
8.-En un principio, la narcoguerra fue lanzada por el control de los narcos en el mundo de la droga. Y en vez de achicar su escenario, los narcos lo han extendido a otras áreas de la vida cotidiana, entre ellos, los inmigrantes centroamericanos y mexicanos con destino a Estados Unidos, y que tanto desprestigio ha significado en el extranjero tanto para el gobierno federal como para los gobernadores por donde caminan los inmigrantes. Veracruz, por ejemplo, está considerada ”˜”™como la capital nacional del secuestro”™”™.
9.-Además, si en un principio la pelea entre los señores de la droga se reducí­a al tráfico de estupefacientes, ahora incluye el levantón, el secuestro y las extorsiones, sin que ninguna autoridad haya podido evitarlo. Ni disminuirlo.
10.-La narcoguerra también se ha multiplicado en el número de feminicidios, a tal grado que en Ciudad Juárez se han filmado hasta pelí­culas norteamericanas denunciando el hecho. En Veracruz, por ejemplo, las ong han denunciado la desaparición de 40 mujeres por mes, además de que en la última década (3 años de Miguel Alemán Velasco, 6 años de Fidel Herrera Beltrán y un año de Javier Duarte) se han cometido más de cinco mil asesinatos de mujeres.
11.-Otro filón de oro para los narcos es la trata de blancas y el tráfico sexual, demostrando así­ al gobierno que se extiende como un pulpo, sin que nadie lo detenga ni frene.
12.-Cierto. Cientos de narcos están presos. Pero salvo dos, tres excepciones, los jefes máximos, los barones de la droga, siguen libres. Y por cada diez pistoleros que mueren en el fuego cruzado con las fuerzas armadas, aparecen 20, 30, 40 sicarios más. Vicente Fox Quesada ha dicho que los narcos tienen un ejército de 50 mil hombres a su servicio.
13.-Mientras la elite polí­tica declara que los niños y jóvenes son el futuro de la patria, los cárteles han reclutado a menores de edad, adolescentes y muchachos, habilitados como pistoleros y hasta jefes de plaza. Ahí­ está el caso del ”˜”™Ponchis”™”™, a quien fascinaba decapitar a las ví­ctimas.
14.-El mundo polí­tico se corta las venas hablando de los jóvenes ni-ni, en tanto una parte de ni-nis tienen como única salida incorporarse a los cárteles.
15.-Con todo y el daño de los cárteles al paí­s, la clase polí­tica está fragmentada en la polí­tica de seguridad, sin que el Felipismo pueda aglutinar el respaldo, ni siquiera, institucional. Vicente Fox sigue insistiendo en legalizar las drogas, por ejemplo.
16.-El fracaso de la narcoguerra ha llevado al gobierno de Estados Unidos a ofrecer, por diferentes caminos, la presencia del ejército, de la DEA, el FBI, los grupos militares de Afganistán, y hasta a los mercenarios de la guerra, etcétera, para combatir a los cárteles.
17.-Una parte de los pudientes de México se han trasladado a vivir al extranjero, temerosos de un secuestro, un asesinato, tanto de ellos como de sus familias. El último caso está con el gobernador de Sinaloa, Malova, quien exilió a sus hijos ante las amenazas.
18.-Cientos de negocios pequeños y medianos, grandes, se han desplomado en el paí­s, incapaces de soportar el costo de los chantajes, además de tener su vida en la orilla del precipicio.
19.-En la narcoguerra nadie se ha salvado. Hasta a los presbí­teros de las iglesias pueblerinas los cárteles han impuesto una cuota. México se ha convertido en el paí­s más peligroso del mundo para el ejercicio periodí­stico. Bastarí­a referir que en Veracruz tres reporteros han sido asesinados, en tanto unos once se han exiliado, un periódico fue incendiado y a otros medios les tiraron cadáveres decapitados enfrente de sus instalaciones. (lv)