Diario de un polí­tico
Presuntos trastupijes de alcaldesa de Xalapa
23 de noviembre de 2011

A la alcaldesa de Xalapa, Elizabeth Morales, le sigue lloviendo sobre mojado en tanto se acerca fin de año.
Por ejemplo, el exdiputado local y lí­der del Movimiento Izquierda Veracruzana (fundado cuando todaví­a la izquierda era respetada y respetable), Manuel Bernal Rivera, ha disparado un misil a la Barbie xalapeña, cuyo primer cí­rculo del poder la mira como gobernadora en el 2016.
El perredista dice que la nómina de empleados de confianza del ayuntamiento asciende a 38 millones de pesos. (Jessica Ceballos, 28, 10, 2011)
Y 38 millones de pesos para sueldos y salarios de gente de confianza significa una bofetada a la polí­tica económica y social de austeridad decretada en el palacio de enfrente.
Pero además, muestra y demuestra la existencia de una elevada nómina burocrática.
Y por añadidura, equivale a privilegiar a los cuates en el presupuesto y sacrificar, por añadidura, programas sociales.
Y más, mucho más, porque el secretario de Finanzas y Planeación lanzó un programa de Retiro Voluntario.
Elizabeth Morales, jugando las contras al gobernador.
Peor tantito.
El perredista asegura que con dádivas como una alta compensación, más pago de celulares y rentas de Nextel, los ediles han sido encantados y seducidos por la alcaldesa neo/Barbie de Xalapa.
Trepado en la montaña rusa de la denuncia administrativa, polí­tica y social, Bernal Rivera habla de familiares de la presidenta municipal incorporados en la nómina, un nepotismo del que, así­ lo decí­a el presidente de entonces José López Portillo de su hijo José Ramón, se sentí­a feliz y satisfecho, orgulloso y realizado.
Y antes de que el viaje en el juguete vertiginoso llegara a su final, el dirigente de izquierda dijo que la alcaldesa, protegida de Beatriz Paredes Rangel y de la senadora Marí­a de los íngeles Moreno, poderosa polí­tica en el Salinato, tiene un alto y jugoso gasto en convenios publicitarios con la prensa para anunciar obra pública que, dice, sólo existe en los titulares, espectaculares y spots.
Bueno, de entrada, son demasiadas, excesivas denuncias que, mí­nimo, la alcaldesa de Xalapa y/o alguna de sus Barbies y/o de sus ediles y/o de empleados de confianza y/o dirigentes de colonias… debieron enfrentar reclamando pruebas, papelitos, documentos, testimonios, pues si acusa está obligado a demostrar.
Quizá en la oficina de la alcadesa pudo haberse sentido que a palabras necias oí­dos sordos.
Acaso que por ningún motivo valí­a la pena dar seguimiento y apostar a la flaca memoria de la gente.
Quizá el señalamiento es cierto, y ni hablar, mil veces mejor quedarse callado.
Y/o en todo caso, el lí­der de la izquierda (¿izquierdoso se le llama?) habló con alguna intencionalidad polí­tica, social, administrativa, vaya usted a saber.
En ocasiones anteriores se ha convertido en un show polí­tico y mediático la nómina confidencial y oficial de la alcaldesa.
Acaso ahora se trate, simple y llanamente, de un discurso reproducido y repetitivo para que a rí­o revuelto pudiera darse una ganancia de pescadores.
Vaya usted a saber. (lv)