Diario de un político/Cada ciudadano, un botín electoral/22 de noviembre de 2011
Cinco años después, el presidente de la República está viviendo una utopía. Pudiera, no obstante, tratarse de una tomadura de pelo.
Diario de un político
Cada ciudadano, un botín electoral
22 de noviembre de 2011
Cinco años después, el presidente de la República está viviendo una utopía. Pudiera, no obstante, tratarse de una tomadura de pelo. Según él pide a cada mexicano ”˜”™rechazar cualquier práctica que vea en los electores un mero botín político”™”™.
Caray, no se vale.
Todos y cada uno de los partidos políticos y de los políticos aspirantes a un cargo de elección popular y de la elite en el poder han utilizado desde la Edad de Piedra y el Hombre de Neandertal a los electores como un botín político, social y económico.
Todos, sin excepción, han comprado sufragios en víspera de comicios para amarrar la victoria en las urnas de sus candidatos.
Todos, sin excepción, hacen canonjías superiores a los poderes fácticos, líderes sociales, líderes sindicales, líderes campesinos, líderes magisteriales, líderes indígenas, líderes empresariales, para irse a la cargada del candidato oficial.
Todos, sin excepción, ofrecen hacha, calabaza y miel a la gente apenas lleguen al poder a cambio del voto en las urnas.
Todos, todos, todos, cargan en un mitin a un niño en los brazos. Apapachan a una madre de familia. Plantan un beso en la frente a un anciano. Se cortan las venas en nombre de los discapacitados. Bailan en el parque popular con un montón de damitas. Trepan en un montacarga para cambiar un foquito fundido. Cargan en los brazos a un chango recién nacido en el zoológico. Juegan volibol en la playa con los muchachos… para mostrar su simpatía populachera al lado de la gente y ganar (según ellos) votos y más votos.
Todos se desgarran las vestiduras a nombre del Piso Fiel, el Techo Fiel, el Desayuno Fiel, la Despensa Fiel.
Y todos, sin excepción, cuando están encaramados en el poder político, económico y social, se olvidan de promesas y juramentos, pues cada ciudadano es considerado un botín político, un botín electoral, un botín de guerra cívica.
Según el presidente, el país necesita de ”˜”™verdaderos demócratas”™”™. No, señor presidente, necesita, simple y llanamente, de políticos demócratas. Que sean honestos. Verticales. Transparentes. Que dejen de mirar el cargo público como un botín patrimonial y familiar. Que rindan cuentas. Que dejen de ”˜”™meter la mano al cajón”™”™. Que dejen de volverse nuevos ricos cada seis y cada tres años.
Pero además, que defiendan con hechos y resultados a las mujeres de los asesinos. A los niños de los pederastas y pedófilos, donde los curitas de la iglesia católica, apostólica y romana llevan la delantera. A los jubilados de las miserables pensiones. A los ciudadanos de los atropellos a los derechos humanos. A los jóvenes del desempleo. A los paisanos de Veracruz de la creciente inmigración a Estados Unidos.
Dejen, pues, ustedes, señores políticos del PRI, y del PAN, y del PRD, y del PV, y del PT y del Movimiento Ciudadano y del Panal, de mirar a los ciudadanos como un botín económico y político y social. (lv)