cargando

En twitter:

¡La extra! ¡LA EXTRA!
Martes 09 junio, 2015

10 famosas cartas de amor

Hemingway, Flaubert, Wilde y Balzac escribieron las más dulces y apasionadas cartas a sus enamoradas. Escrí­beme pepinillo, si fuera un trabajo que tienes que hacer lo harí­as.

1. De Gustave Flaubert

“La próxima vez que te vea te cubriré con amor, con caricias, con éxtasis. Te atiborraré con todas las alegrí­as de la carne, de tal forma que te desmayes y mueras. Quiero que te sientas maravillada conmigo, y que te confieses a ti misma que ni siquiera habí­as soñado con ser transportada de esa manera. Cuando seas vieja, quiero que recuerdes esas pocas horas, quiero que tus huesos secos tiemblen de alegrí­a cuando pienses en ellas”.

2. De Oscar Wilde

“Mi niño, tu soneto es encantador, y es una maravilla que esos labios tuyos, rojos como pétalos de rosa, estén hechos tanto para la locura de la música y las canciones como para la locura de besar. Tu delgada alma dorada camina en el medio de la pasión y la poesí­a. Sé que Jacinto, a quien Apolo amaba con tanta locura, era tú en los tiempos de Grecia. ¿Por qué estás solo en Londres, y cuándo vas a Salisbury? Ve allá a enfriar tus manos en el Crepúsculo gris de las cosas góticas, y ven aquí­ cuando quieras. Es un lugar encantador en el que solo faltas tú; pero ve a Salisbury primero. Siempre, con imperecedero amor, tuyo”.

3. De Ernest Hemingway

"Mi querido pepinillo, salgo en el barco con Paxthe, Don Andrés y Gregorio y estoy afuera todo el dí­a. Luego regreso con la certeza de que habrá una carta o varias. Y tal vez las haya. Si no hay, estaré triste y esperaré hasta la mañana siguiente. Pensaré que no habrá nada hasta la noche.

Es muy duro estar aquí­ sin ti y lo estoy haciendo pero te extraño tanto que podrí­a morir. Si algo te pasara morirí­a de la misma forma que un animal muere en el zoológico si algo le pasa a su pareja.

Mucho amor, mi querida Mary. Debes saber que no estoy siendo impaciente, estoy simplemente desesperado”.

4. De Lewis Carroll

“Mi queridí­sima Gertrude:

Te sentirás apenada, y sorprendida, y desconcertada, de oí­r la extraña enfermedad que me aqueja desde que te fuiste. Llamé al doctor y le dije “Deme medicina, pues estoy cansado”. Él me respondió: “¡Tonterí­as! Usted no quiere medicina: ¡vaya a la cama!”. A lo que le repliqué: “No, no es el tipo de cansancio que quiere cama. Estoy cansado en la cara”.

Él me dijo: “Cree que sean los labios”. “Por supuesto ”“dije”“. ¡Eso es exactamente lo que tengo!”. Me miró con gravedad y dijo: “Creo que usted ha estado dando demasiados besos. “Bueno ”“dije”“, sí­ le di un beso a una amiga mí­a”.

“Piense otra vez ”“me dijo”“; ¿está seguro que fue solo uno?”. Lo pensé otra vez y dije: “Tal vez fueron once”. Así­ que el doctor dijo: “No le debe dar más hasta que sus labios descansen”. “Pero qué se supone que haga ”“dije”“, porque mire, le debo 182 más”. Me miró con tanta gravedad que las lágrimas se le escurrieron por las mejillas y dijo: “Podrí­a enviarlos en una caja”.

Entonces me acordé de una pequeña caja que alguna vez compré en Dover, y pensé regalársela a una niña o a otra. Así­ que los empaqué todos con mucho cuidado. Cuéntame si llegan a salvo o si se pierde alguno en el camino”.

5. De Balzac

"Mi amado angel,

Estoy loco por ti: no puedo unir dos ideas sin que tú te interpongas entre ellas. Ya no puedo pensar en nada diferente a ti. A pesar de mí­, mi imaginación me lleva a pensar en ti. Te agarro, te beso, te acaricio, mil de las más amorosas caricias se apoderan de mí­.

En cuanto a mi corazón, ahí­ estarás muy presente. Tengo una deliciosa sensación de ti allí­. Pero mi Dios, ¿qué será de mí­ ahora que me has privado de la razón? Esta es una maní­a que, esta mañana, me aterroriza.

Me pongo de pie y me digo a mí­ mismo: “Me voy para allᔝ. Luego me siento de nuevo, movido por la responsabilidad. Ahí­ hay un conflicto miedoso. Esto no es vida. Nunca antes habí­a sido así­. Tú lo has devorado todo.

Me siento tonto y feliz tan pronto pienso en ti. Giro en un sueño delicioso en el que en un instante se viven mil años. ¡Qué situación tan horrible!

Estoy abrumado por el amor, sintiendo amor en cada poro, viviendo solo por amor, y viendo cómo me consumen los sufrimientos, atrapado en mil hilos de telaraña.

O, mi querida Eva, no lo sabí­as. Levanté tu carta. Está frente a mí­ y te hablo como si estuvieras acá. Te veo, como te vi ayer, hermosa, asombrosamente hermosa.

Ayer, durante toda la tarde, me dije a mí­ mismo: “¡Es mí­a!”. Ah, ¡los ángeles no están tan felices en el paraí­so como yo lo estaba ayer!".

6. De Nathaniel Hawthorne

"Mi querida,

Me gustarí­a tener el don de hacer rimas, porque a mi parecer hay poesí­a en mi cabeza y en mi corazón desde que estoy enamorado de ti. Tú eres un poema. ¿De qué tipo? ¿Épico? Que se apiaden de mí­, ¡no! ¿Un soneto? No; porque es demasiado elaborado y artificial. Tú eres una especie de balada dulce, simple, alegre y patética, cuya naturaleza es el canto, a veces con lágrimas y otras con sonrisas, y en ocasiones con una mezcla de sonrisas y lágrimas".

7. De Ví­ctor Hugo

"Mi adorable y adorada,

Me he estado preguntanto si tal felicidad no es un sueño. Me parece que lo que siento no es terrenal. Todaví­a no logro comprender este cielo sin nubes. Toda mi alma es tuya. Mi Adele, por qué no hay otra palabra para esto aparte de ”˜alegrí­a”™ ¿Es porque el discurso humano no tiene el poder de expresar tanta felicidad? Temo que de repente despierte de este sueño divino. ¡Oh! ¡Ahora eres mí­a! ¡Por fin eres mí­a! Pronto, en unos meses, tal vez, mi angel dormirá en mis brazos, despertará en mis brazos, vivirá ahí­. ¡Todos tus pensamientos, todo el tiempo, todas tus miradas serán para mí­; todos mis pensamientos, todo el tiempo, todas mis miradas serán para ti!

Adiós, mi ángel, mi amada Adele. ¡Adiós!

Todaví­a estoy lejos de ti, pero puedo soñar contigo. Pronto, quizás, estarás a mi lado.

Adiós; perdón por el delirio de tu esposo que te abraza y que te adora, tanto en esta vida como en la otra".

8. De James Joyce

"Tú eres mi amor. Me tiene completamente en tu poder. Sé y siento que si en el futuro escribo algo bueno y noble debo hacerlo solo oyendo las puertas de tu corazón. Me gustarí­a que mi vida transcurriera a tu lado, hasta que nos convirtamos en un mismo ser que morirá cuando llegue el momento".

9. De John Keats

"Mi dulce Fanny,

¿Tú temes, a veces, que yo no te quiera tanto como tú lo deseas? Mi querida niña, yo te quiero siempre y sin reserva. Entre más te conozco más te quiero. De todas las formas posibles, incluso mis celos han sido agoní­as de amor. Yo habrí­a muerto por ti. Tú siempre eres nueva. El último de tus besos siempre es el más dulce; la última sonrisa, la más brillante; el último movimiento el más elegante.

Cuando pasaste por mi ventana ayer, sentí­ tanta admiración como la primera vez que te vi. Incluso si no me quisieras no podrí­a evitar sentir una completa devoción hacia ti: así­ que me siento profundamente enamorado al saber que me amas.

Mi mente ha sido las más descontenta e inquieta y se ha puesto sobre un cuerpo demasiado pequeño. Nunca habí­a sentido que mi mente reposara con absoluta alegrí­a, como me ocurrió contigo. Cuando tú estás en el cuarto mis pensamientos nunca se van por la ventana: tú siempre haces que todos mis sentidos se concentren".

10. De Goethe

"No puedo evitar amarte más de lo que es bueno para mí­. Me sentiré feliz hasta que te vea otra vez. Siempre soy consciente de mi cercaní­a a ti, tu presencia nunca me deja. Adiós a ti, a quien amo mil veces".


Deja un comentario

Acerca del blog

Blog de noticias desde Veracruz.
Aquí, deseamos contar la historia de cada día.
Y cada día es un nuevo comienzo.
Y todos los días se empieza de cero...

Portal de noticias de Veracruz.