Los políticos miden fuerza
•Breve historia de cuando el gobernador Rafael Hernández Ochoa se enfrentó a Fidel Velázquez, el dueño de la CTM
•Entre ambos se cruzó un proyecto local y uno nacional disputando un cargo público
•La misma historia se reproduce ahora entre Héctor Yunes Landa y Pepe Yunes Zorrilla
Luis Velázquez
Rafael Hernández Ochoa, 1974/1980, gobernaba Veracruz, Gonzalo Morgado Huesca, presidente del CDE del PRI a los 27 años de edad. Y llegó el cambio de las alcaldías. Y en Coatzacoalcos, el líder de la sección petrolera, don Pepe Vasconcelos, buscó la candidatura.
Entonces Joaquín Hernández Galicia, La Quina, amigo de Vasconcelos, estaba en el auge de la dirigencia nacional petrolera, tanto que, por ejemplo, su hijo, Carlos Vasconcelos Guevara, ahora líder de la Federación de trabajadores del sur de Veracruz, cursaba su propedéutico en política sindical al lado de La Quina y era uno de sus discípulos preferidos.
Incluso, con tanto buen karma que un día La Quina lo presentó a don Fernando Gutiérrez Barrios, gobernador de Veracruz, futuro secretario de Gobernación, y le dijo:
“Mira, Fernando, te presento a mi sucesor”.
Así, don Pepe Vasconcelos buscó la candidatura priista a la presidencia municipal a través de Fidel Velázquez, el jerarca cetemista nacional, amigo de La Quina.
Rafael Hernández Ochoa, no obstante, tenía un candidato. Se llamaba Mariano Moreno Nextle, el político más cercano al cacique sureño, Amadeo González Caballero, a quien Fernando López Arias ungió presidente del CDE en su sexenio.
Un fin de semana, Fidel Velázquez viajó al puerto jarocho con un solo objetivo: encerrarse en privado a negociar con aquel gobernador ranchero amigo que era del presidente Luis Echeverría ílvarez, comadres que eran las esposas de ambos, María Esther Zuno y Teresita Peñafiel.
Se encerraron en el hotel Emporio aquella mañana. Desayunaron. Hablaron. Negociaron.
Luego, molesto, iracundo, serio, Fidel Velázquez salió de la suite solo y dijo a don Pepe Vasconcelos:
“Vámonos”.
Luego, le explicaría la reticencia del gobernador que se empeñaba en su candidato y lo alentó:
“Te registraré en el CEN del PRI como el candidato de la CTM y desde allá lucharemos”.
Nunca pudo don Fidel traspasar la barrera, el muro de Berlín, que era Hernández Ochoa. Sin embargo, el candidato de Hernández Ochoa, Mariano Moreno, enfrentó un opositor en el doctor Marco Antonio Castellanos, quien fuera lanzado por el PARM. Y derrotara al PRI, en una de las primeras grandes derrotas para el partido tricolor en Coatzacoalcos.
Nunca más don Pepe la buscó. Se clavó por completo en el liderazgo petrolero aprendiendo la lección, dice su hijo Carlos M. Vasconcelos:
“El líder sindical a lo suyo. Y los políticos a gobernador. Y cada quien con la raya marcada”.
EL CANDIDATO LOCAL Y EL CANDIDATO DEL ALTIPLANO
La historia tiene un mensaje claro en el Veracruz del llamado sexenio próspero:
Hay un precandidato priista a gobernador de dimensión local, que es el senador Héctor Yunes Landa.
Y hay un aspirante y suspirante priista a gobernador de dimensión nacional, es decir, apoyado por grupos políticos del altiplano, que es el senador Pepe Yunes Zorrilla.
La vieja, antigua, milenaria y legendaria lucha entre el llamado localismo empobrecedor y el altiplano, la sede de los poderes federales.
La aldea contra la metrópoli.
Javier Duarte, el padrino de Héctor Yunes, ante Luis Videgaray, Fernando Aportela y José Antonio Meade, los padrinos de Pepe Yunes.
Sin descartar que Yunes Landa tiene otros puentes de plata para llegar a Los Pinos, a saber, Manlio Fabio Beltrones, César Camacho Quiroz y Alfredo del Mazo González, el tlatoani del grupo Atlacomulco, a quien Enrique Peña Nieto llama tío.
Duarte, pues, el Hernández Ochoa de 1974-1980, y los Videgaray y demás, los Fidel Velázquez de entonces.
EL LíDER EN SU MUNDO SINDICAL
Por eso, ahora, mientras llega el tiempo de que la moneda en el aire se acomode y caiga con el humo blanco del candidato priista, Carlos Vasconcelos está dedicado a su sindicato nacional, cuya fuerza política y social puede medirse a través de lo siguiente:
Ellos quedaron con el contrato del proyecto Etileno XXI, en Nanchital, donde tienen unos 17 mil trabajadores en activo y cuyo contrato laboral durará hacia fin de año.
Pero también lidera a miles de trabajadores de los rubros más insólitos, como es, por ejemplo, el primer sindicato de cultores de belleza del sur de Veracruz, todos homosexuales.
Vasconcelos Guevara, en efecto, sigue participando en política sindical; pero lejos de la política política, sin caer alucinado por el canto de las sirenas con un cargo público, desde una regiduría a una presidencia municipal.
Y, en contraparte, y con cargo a las cuotas sindicales cada ocho días obsequia despensas alimenticias y escolares en las colonias populares de Coatzacoalcos porque la miseria y la pobreza son muy canijas.
Pero, además, porque miles de los trabajadores afiliados a su Federación viven en tales asentamientos humanos irregulares, incluso, hasta en el pantano.