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Martes 12 mayo, 2015

Reporteros, atrapados sin salida

•Diaristas de Veracruz y Oaxaca, entre la espada y la espada: carteles, malosos y chupaductos; pero, además, caciques

•La calle Jiquilpan, que divide a Tezonapa y Cosolapa, puente de escape para los delincuentes que azotan al par de entidades federativas

•Ninguna pista de ejecutores del colega Armando Saldaña, quien prefirió dejar el autobús que manejaba para dedicarse al periodismo

•Aquí los medios escritos y hablados ningún sueldo otorgan a los periodistas y la información policiaca es un cero a la izquierda: compañeros

Laura Rojas

  • Familiares de Armando Saldaña piden esclarecer homicidio

  • Manifestación de reporteros por colegas asesinados

Tezonapa, Ver.- El crimen del reportero Armando Saldaña Morales ha hecho mella en sus compañeros que cubren informativamente los municipios de la zona limí­trofe entre Veracruz y Oaxaca, ya que se encuentran desconcertados, por los nulos avances de las investigaciones; reclaman que a diferencia de la joven secuestrada y asesinada en Boca del Rí­o, en el caso de Saldaña ningún gobierno ha hecho nada; muchos de sus colegas han dejado de informar asuntos relevantes, como los robos de combustibles en la zona, o disputas por el poder en organizaciones cañeras de la zona.

Durante los últimos dos años, decenas de ejecuciones se han registrado indiscriminadamente en los municipios de Omealca, Tezonapa y Tierra Blanca, pertenecientes al estado de Veracruz, pero también en Cosolapa, Acatlán de Pérez Figueroa, Oaxaca, donde poco o nada han hecho las autoridades para esclarecer los asuntos. En esa zona, en los últimos dí­as se han agudizado los casos de vehí­culos incendiados, presuntamente por el Ejército, por ser vehí­culos utilizados por bandas de “chupaductos” e incluso han quemado bidones donde es transportado el combustible robado.

En Cosolapa, en octubre del año pasado también fue asesinado el reportero y jefe de comunicación social del gobierno municipal, Octavio Rojas Hernández, caso que tampoco ha sido esclarecido por las autoridades de Oaxaca.

Rodeada de decenas de locales comerciales y puestos de diferentes productos, que le dan la imagen de una plaza, la calle Jiquilpan es la que divide a los municipios de Tezonapa y Cosolapa, y que por muchos años ha servido de escape para los delincuentes. “Los asaltantes que roban en Tezonapa, huyen, cruzan hacia Cosolapa y ya no podemos perseguirlos porque allá rigen leyes de otro estado y no tenemos permiso para entrar, aunque estemos mirando a los delincuentes”, admitió un jefe policiaco.

Debido a eso, muchos reporteros que convergen en esa zona, han dejado de asumir su postura crí­tica en sus informaciones, ya que sus artí­culos sobre grupos de delincuencia organizada, robo de combustibles y hasta asaltantes de los autobuses, han perdido peso, para convertirse en reportajes ligeros.

Sin embargo, la mayorí­a de los reporteros prefiere sobreponerse a los hechos y continuar laborando, siempre con la conciencia de cuidad bien cada cosa que comunique, no publicar nada que pudiera traducirse en amenaza a la hora de informar.

NADA SOBRE LOS EJECUTORES DE ARMANDO SALDAÑA

A una semana del crimen del reportero Armando Saldaña Morales, las autoridades ministeriales de Cosolapa, Oaxaca, no cuentan con pistas de sus ejecutores, ni avances de las investigaciones, aun cuando grupos de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) encabezan las pesquisas para tratar de identificar a los culpables.

De acuerdo con la información difundida, Armando trabajó durante muchos años como corresponsal de la estación “Ori Estéreo”, de Orizaba; los periódicos “El Mundo” y “El Sol de Córdoba”, y finalmente para la estación la “Ke-Buena”, de Tierra Blanca, donde tení­a su programa “Grilla, Punto y Debate”, que conducí­a los dí­as sábados.

El domingo 3 de mayo, el reportero salió de su vivienda, para acudir a atender un asunto laboral, y por la tarde tení­a planeado trasladarse a Córdoba, para cubrir aparentemente la llegada del dirigente nacional del Partido Acción Nacional (PAN), Ricardo Anaya, pero ya no lo logró, debido a que fue interceptado por desconocidos, quienes lo trasladaron hasta las inmediaciones de la localidad La Aurora, y tras llevarlo en su camioneta hasta unos cañales, lo torturaron y finalmente lo asesinaron de 4 balazos en la cabeza.

El cuerpo fue encontrado la tarde del lunes, y una vez que fue identificado por unas credenciales que llevaba, su familia fue informada de los hechos. Al dí­a siguiente, sólo dos de sus compañeros reporteros asistieron al sepelio, otros decidieron no hacerlo aparentemente por temor a sufrir alguna agresión por parte de los autores del homicidio.

Tras varias manifestaciones en el Palacio de Gobierno, en Xalapa, y el reclamo al gobernador Javier Duarte, los deudos fueron atendidos por asistentes de los funcionarios, ya que algunos de ellos, como el secretario de gobierno, Gerardo Buganza Salmerón, se negó a escucharlos.

Hasta ahora, los familiares del extinto reportero continúan haciendo pública su demanda de justicia, aun cuando tuvieron un desairado encuentro con las autoridades del gobierno del estado, tras su manifestación en Palacio de Gobierno, donde fueron atendidos por asistentes de funcionarios estatales.

ARMANDO DEJÓ EL AUTOBÚS QUE MANEJABA PARA CONVERTIRSE EN REPORTERO

En la década de los años 90 Armando Saldaña Morales se ganaba la vida manejado un autobús, en la lí­nea de pasaje “Autobuses del Palmar”, propiedad del cacique del autotransporte en la región, y ex presidente de la Coalición de Transportista del Estado, Carlos Fidel Demuner Pitol.

Transcurrí­an los dí­as, en los que Armando prestó sus servicios, llevando y trayendo gente en las rutas Córdoba-Omealca-Tezonapa, así­ como de las localidades de la sierra de Tezonapa, donde conoció gente humilde de comunidades como Limonestitla, Vázquez Vela, Villa Nueva, San Miguel El Grande, Caxapa y Las Maravillas, por ejemplo.

Al igual que la mayorí­a de los conductores de las lí­neas camioneras, siempre traí­a en su autobús el periódico del dí­a para enterarse desde temprano de las principales noticias, la nota principal y la nota roja, y así­ pasó varios años.

A veces pasaba a arreglar su carro en el taller denominado “Servicio Eléctrico Osorio”, donde aprovechaba los momentos en los que su camión era revisado, para tomarse una cerveza, platicar con los amigos, contar historias y también dedicarse unos momentos a leer el periódico, porque decí­a que siempre habí­a que estar enterado de lo que sucedí­a.

Aparentemente de ahí­ nació su amor por la escritura, informar a los lectores sobre lo que pasaba, con la zafra cañera, los problemas de los obreros en los ingenios y por esos años el repunte de los precios del café, que años después trajo consigo el asentamiento en la zona, de la compañí­a Nestlé.

Tiempo después, tras dejar el autobús, Armando empezó a acercarse a los ayuntamientos, a las organizaciones campesinas y dependencias oficiales para conseguir información; primero serví­a de ayudante a los reporteros que llegaban novatos a la zona; él se encargaba de recopilar los datos para ofrecerlos a los compañeros.

Entrevistaba a los alcaldes de Tezonapa, como al priista Juan de Dios Escobar Valdivia, a la dirigente de la Coalición de Obreros y Campesinos de Oaxaca, Mariscotic Villanos, y luego les daba las entrevistas a los compañeros, mientras comí­an consomé y tacos de barbacoa de borrego en un local del centro de Tezonapa.

HABLAN LOS COMPAÑEROS

Compañeros del reportero asesinado, se encuentran indignados y preocupados, porque hasta ahora ninguna autoridad tiene avances de las investigaciones del asesinato del periodista Armando Saldaña Morales. Muchos, prefieren no comentar nada, no sea que por ahí­ anden los responsables y tomen represalias.

Humberto Cumplido, de Radiomax Tierra Blanca, cuenta: “Hasta ahora no ha habido ningún avance en las investigaciones; el crimen de la jovencita Columba Campillo, en Boca del Rí­o, ya lo esclarecieron, pero este no, a pesar de que ha sido muy sonado, con las manifestaciones que han habido hasta en Xalapa”.

En la zona de Tierra Blanca “la sección policiaca es un cero a la izquierda, como aquí­ no tenemos sueldos buscamos que la información genere una ganancia y en la policiaca no hay nada de eso, ustedes que trabajan en esto también lo saben, desgraciadamente en la radio no hay un sueldo diario como en otros medios”.

Recuerda que su compañero Armando Saldaña trabajaba en la estación “Ke-Buena”, donde tení­a su programa que se llamaba “Grilla, Punto y debate”, que se transmití­a los sábados en la tarde: “Él agarraba de todo, información general y policiaca, es mentira que sólo vas a llevarte una lí­nea, aquí­ hay que informar de todo”; pero añade que es difí­cil saber cuáles serí­an los motivos por los que el periodista fue silenciado.

Gabriel, otro reportero de Tezonapa, señala que en la región sólo los reporteros de los periódicos impresos (El Sol, Mundo y Buen Tono) reciben un salario profesional y algunas prestaciones; dos, quizá tres reporteros reciben algún incentivo económico quincenal; pero el resto vive de propinas de funcionarios y dirigentes, a quienes les hacen alguna entrevista que les permiten hablar bien de sus obras y acciones.

El amigo Armando Saldaña Morales, en su caso particular, dice, obtení­a ingresos extras narrando juegos de béisbol o siendo orador en eventos públicos.

La zona o región se convirtió en potencial en la venta de ejemplares y publicidad al punto que casi todos los medios impresos, estaciones de radio, páginas de internet, blogs y noticiero de televisión tienen un corresponsal o compran notas policiacas de la zona, estos medios son de Orizaba, Córdoba y puerto de Veracruz, y del lado Oaxaca, de Tuxtepec y de la Cuenca del Papaloapan, agrega.

Con más de 30 años de experiencia, Ibáñez comenta que existe un ingreso legí­timo del reportero que es la venta de publicidad polí­tica en tiempo de campaña, pero lamentablemente quien paga la publicidad considera que también compra el criterio del reportero y la necesidad junto con la costumbre hace que todos los comentarios que haga el reportero deben ser en su favor y en contra del adversario, eso confronta al reportero y lo mete en la batalla campal por el poder.

Sobre el número de reporteros, reconoce a 3 de los medios impresos grandes. Melitón Contreras Landeta, Carmelo Chelius, y los hermanos Cumplidos, 4 en total de la radio. “Patachí­n” de Telever. De los medios locales “La Gallina Karateca”, su hijo y “El Picudo”. Además de otros que escriben en el anonimato para El Piñero, y blogs de Acatlán. “En total considero que escriben o enví­an información a diversos medios unas 20 personas, 15 de manera constante y cinco eventualmente”, cita el comunicador.

Comenta que entre los riesgos que existen en ésta región se encuentran los delincuentes comunes que siempre representan un peligro al ser expuestos a la opinión pública, la delincuencia organizada, que al igual que en todo el paí­s trafican, secuestran, extorsionan y ejecutan a sus adversarios, comenzaron por amenazar (a mi entre ellos), a Iliana Sánchez (La Beba) se dice que la obligaron a renunciar y emigrar, a J.L. Jiménez le rompieron la cámara. Esto terminó con el asesinato del jefe de plaza, que fue sustituido por otros pero dejaron de acosar a los reporteros. Otros delincuentes peligrosos son los chupaductos, son bandas peligrosas actúan desde Omealca hasta Tierra Blanca.

También son grupos peligrosos para el reportero, dice, los caciques polí­ticos que defienden sus municipios a sangre y fuego del lado Oaxaca, los caciques de San Miguel Soyaltepec, como Beto Ramí­rez, del PRI, que lleva tres perí­odos como alcalde y en los intervalos ha puesto a tí­teres para mandar desde la tesorerí­a, en su última elección asesinaron a varios de sus opositores. En Acatlán se disputan el control municipal la familia Maciel, del PAN, donde dos hermanos han gobernado el municipio desde el trienio anterior, su enemigo polí­tico es el exdiputado local, exalcalde y actual candidato a diputado federal Antonio Amaro, del PRI.

En Cosolapa, dos personajes se confrontan por el poder: Romeo Lozano, de Movimiento Ciudadano, expresidente municipal, exdiputado quien gobierna por segunda ocasión; pero teniendo a su esposa como parapeto y mantiene una lucha sorda contra Gustavo Dí­az Sánchez, del PRI, dos veces alcalde y actual diputado local.

“Un reportero a quien cualquiera de los grupos lo contratan para promover su campaña entra en la contienda y considerado traidor por el otro grupo, naturalmente pone en riesgo su integridad fí­sica” concluye el periodista.


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