El panista de los pisos firmes
•La biografía de Víctor Serralde se resumiría así: constructor favorito de la SEDESOL, el diputado federal con más votación en el país, seductor de Gustavo Madero y madreó a Yunes Linares, su antiguo protector, en el CDE del PAN
Víctor Serralde es diputado federal y presidente de la Comisión de Agricultura. Además, líder cañero que ha efectuado plantones frente a SAGARPA en la ciudad de México, abanderando apoyos económicos, cuando el senador Pepe Yunes Zorrilla los cabildeaba en la secretaría de Hacienda y Crédito Público, y Serralde, con el senador Héctor Yunes, se treparon en “la cresta de la ola”.
La fuerza política de Serralde en el PAN puede medirse por lo siguiente: de pronto, se le metió a Gustavo Madero como su operador político para la reelección en del CEN del PAN desde Veracruz y dejó atrás, incluso, a Miguel íngel Yunes Linares, su antiguo protector.
Pero, además, y de pronto, en la víspera, lanzó su candidato a presidente del CDE del PAN, el tuxpeño Pepe Mancha, y quedó con la presidencia en la llamada “planilla de la unidad”.
Así, “de un tiro mató dos pájaros”. Rebasó a Enrique Cambranis, con su candidato, el diputado local, Domingo Bahena Corbalá, a quien enviaron de candidato como secretario, y al mismo Yunes con su candidato, el exdiputado local Germán Yescas.
Y, bueno, ha mostrado el puño porque se cree con suficientes méritos para quedarse con la candidatura panista a gobernador en el año 2016.
Su ascenso insólito ocurrió así: en el PAN se fortaleció cuando el entonces delegado federal de la secretaría de Desarrollo Social en el felipismo, Abel Cuevas Melo, con Miguel íngel Yunes Márquez de coordinador de Oportunidades, le dieron obra pública para construir los pisos firmes en Veracruz, sobre todo, en las regiones de Huatusco y Zongolica.
Y se las dieron porque Yunes Linares fue su cabildero y secretario de Relaciones Exteriores.
Entonces, sintió que de constructor podía dar el siguiente brinco y se lanzó de diputado federal y ganó, con tanto éxito que fue el candidato con mayor votación tanto en Veracruz como el país.
De acuerdo con las versiones, Yunes Linares le abrió el camino a Gustavo Madero para ser entronizado como presidente de la Comisión de Agricultura en el Congreso de la Unión.
Serralde miró a los lados. Rico, con influencias y relaciones políticas que levantaba, tiró a la luna, consciente de que nunca llegaría, pero llegaría más lejos que todos, y en su imaginación acarició la posibilidad de ocupar la silla de Javier Duarte, y más, mucho más, cuando la elite panista de Veracruz ha sido convencida de que hoy, más que nunca, tienen segura la silla embrujada del palacio de Xalapa.
Fue cuando como estrategia Serralde asestó un gancho al hígado de Yunes y sedujo a su panista en Tuxpan, Pepe Mancha, compartiendo los pisos firmes.
El choque de trenes fue inevitable y tanto Serralde como Pepe Mancha levantaron un muro de Berlín con Yunes Linares.
Y se ha erigido como una posibilidad.
LO SEDUCIRíN CON OBRA PÚBLICA
“Haiga sido como haiga sido”, Serralde quedará dueño del PAN para la elección de diputados federales en el año 2015 y para la gubernatura en el 2016, así sea la de dos años si el Congreso local, como parece, legislará para modificar la Constitución Política.
Pero más aún, como la fama pública liga a Serralde con el billete como prioridad, si el PAN de Enrique Cambranis ha sido el más duartista de todos, por encima del PRD, que son palabras mayores, con Pepe Mancha, otro azul obsesionado con la lana, tendrán, mínimo, más de 24 meses para “ordeñar la vaca” del sexenio próspero, aunque les apoden “Las criadas de palacio”.
Claro, Gustavo Madero lo advirtió en la cumbre en Xalapa, diciendo que nunca, jamás, habrá otro PAN duartista.
Ya se verá. Érick Lagos, secretario General de Gobierno, y Jorge Alejandro Carvallo Delfín, son los alumnos más aplicados del góber fogoso y gozoso en la materia, capaces de seducir al diablo, bajo el principio universal de que “en política lo que se compra con billete… sale barato”.
Para un Yunes Linares, un Serralde en el ring.