•Ahora está desempleado, pero como vendió su rancho de 600 hectáreas y su gasolinera, tiene dinero fresco y tiempo de sobra para buscar la gubernatura por cuarta ocasión


Un panista de cepa y abolengo describe a Miguel Angel Yunes Linares: “Miguel íngel sabe que la polí­tica se hace con el billete. Y con horas lengua. Y con horas de cabildeo”.

Por ejemplo, un dí­a, Julen Rementerí­a perdió una elección interna del PAN en el puerto jarocho porque se resistió a poner 50 mil pesos que hací­an falta para un operativo. Miguel íngel los puso y ganó.

Otro dí­a, en Córdoba, Juan Bueno Torio perdió otra elección interna del PAN, porque es tan ”˜codo”™ que por ningún concepto quiso aportar cien mil pesos. Miguel íngel los puso y ganó”.

Así­, dice el panista, cuando Julen Rementerí­a y Bueno Torio se dieron cuenta, Miguel íngel ya les habí­a ganado la carrera en el carril y se habí­a adueñado de una parte importante del partido.

Ahora, Yunes está, parece estar desempleado, luego de tantos cargos públicos en el lado del PRI y del PAN.

Pero como vive obsesionado con la gubernatura de Veracruz, entonces, y para capitalizarse, vendió, primero, su ranchito de 600 hectáreas, Santa Gertrudis, en la región de Tierra Blanca, sembrada con caña, a Juan Garcí­a, el Johnny Walker, secretario de Desarrollo Agropecuario con Fidel Herrera, y después, segundo, vendió la gasolinera de su propiedad en el bulevar jarocho “a un buen precio”™”™.

Solo le faltarí­a vender, digamos, su yate.

Y de ser necesario seguirí­a con otras propiedades en lotes y terrenos para jugar con todo en la lucha interna del partido azul para la candidatura a gobernador, y luego, para lanzarse en la última aventura importante de su vida, atrás de la silla embrujada del palacio de Xalapa.

LOS AMIGOS PODEROSOS

Además, dice el panista, algo así­ como su biógrafo, tendrí­a vientos favorables.

Uno. La buena relación con los ex presidentes Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa.

Dos. La quí­mica con una parte importante de polí­ticos rojos, entre ellos, Manlio Fabio Beltrones, Jesús Murillo Karam, Emilio Gamboa Patrón y Miguel íngel Osorio Chong.

Tres. La amistad a prueba de bomba con el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, quien desde ahora sueña con la candidatura presidencial y Yunes Linares es su aliado a morir.

Cuatro. Aunque esté privada de su libertad, mantiene la relación y la quí­mica con la profe Elba Esther Gordillo, con quien estuvo a su lado en otro momento difí­cil de su vida, cuando estuviera enferma, a un paso de la muerte, en su departamento en Estados Unidos.

Cinco. El poderí­o económico de Joaquí­n “El chapito” Guzmán, diputado local por el distrito de Tantoyuca, su feudo caciquil.

Seis. Su hijo Fernando, senador de la república, presidente de la Comisión de la Defensa Nacional y secretario de la Comisión de Seguridad Nacional, y el alcalde de Boca del Rí­o, Miguel íngel Yunes Márquez.

Siete. Un montón de priistas resentidos, lastimados, heridos, molestos, irritados con “Los niños infieles” y su tlatoani y padre putativo, el góber fogoso y gozoso.

Ocho. Si en tres ocasiones ha sido derrotado en su obsesión de llegar a la gubernatura, se inspira en Franí§ois Mitterrand, quien llegó a la presidencia de Francia luego del cuarto intento, y en Lula, en la tercera campaña a presidente de Brasil.

Y aun cuando Yunes en ningún momento es Mitterand ni menos, mucho menos, Lula, la historia es ilustrativa, pues Miguel íngel tiene una fijación como razón superior de su vida, encarcelar a Fidel Herrera y a uno que otro de “Los niños infieles”, y sabe que el único camino es desde la silla ahora usufructuada por Javier Duarte.