Escudriñando hasta debajo de las piedras en los reclusorios y casas de asistencia…

CURVA PELIGROSA: Una búsqueda inacabable, porque, y como dijo el fiscal de los desaparecidos en el bienio de Miguel Ángel Yunes Linares, “los desaparecidos desaparecidos están”… Ok… Pero las madres y los padres cargando la cruz en el camino lleno de espinas, cardos y abrojos, sienten y piensan diferente… Quieren a sus hijos de vuelta en casa y en donde está lista su recámara y una silla los espera a la hora de desayunar, comer y cenar… En todo caso (y discúlpese el mal fario) los quieren muertos para darles sepultura en el panteón y tener un lugar específico para encender veladoras y esparcir agua bendita y rezar padrenuestros y avemarías… Y hasta una misa oficiada por el presbítero del pueblo en su cumpleaños…

AUTOPISTA DEL SUR: Un hijo, un sobrino, un tío, un padre, incluso, un abuelo, desaparecido significa la peor entre las peores desgracias de la vida para una familia… Nada más canijo como vivir cada día y noche en medio de la incertidumbre y la zozobra… ¿Estará vivo?... ¿Le estarán dando de comer en tiempo y forma?... ¿Le darán ropita para bañarse?... ¿Tomará su medicina?... ¿Lo torturarán?... ¿Lo tendrán sometido en tareas insanas?... ¿Vivirá?... Cada hora del día y de la noche, la familia en el infierno… Y en contraparte, la autoridad casi casi tratando y declarando enemigos a los Colectivos… Enemigos “carroñeros y miserables”… Por eso, el Árbol del Dolor en algunas cabeceras municipales significan una estatua a las miles de personas plagiadas y desaparecidas… Bastaría referir la estadística del terror con Cuitláhuac García Jiménez y quien dejara Veracruz con 7 mil 400 (cuatrocientos) desaparecidos… Más los desaparecidos en la era Nahle…

AUTOPISTA DEL NORTE: A principios del siglo XXI nunca, jamás, pensamos, sentimos, imaginamos el día y la noche más truculenta y desalmada por llegar en Veracruz… Los secuestrados, los desaparecidos y los asesinatos… Incluso, solían mirarse (y admirarse) las películas de Charles Bronson, Clint Eastwood y los hermanos Almada cargadas de tanta tanta tanta violencia que apenas, apenitas, Superman y Batman confortaban un mundo ideal… De pronto, en el año 2011, “el destino alcanzó” y avasalló a Veracruz… Desde Tamaulipas los carteles y cartelitos, sicarios y pistoleros, malosos y malandros tomaron posesión del territorio jarocho… Y fue de una manera brutal y despiadada… En la carretera de Tantoyuca a Pánuco rafaguearon un autobús urbano, y entre otras víctimas, mataron a un bebé en brazos de su señora madre…

RECTA FINAL: Luego, tiraron once cadáveres en el puente uniendo a Tamaulipas con Veracruz… Y el terror se fue extendiendo en los doscientos doce municipios del Estado jarocho… Y por añadieron, comenzaron los secuestros… Y los desaparecidos… Y las fosas clandestinas… Desde entonces, la población necesita unos Charles Bronson, unos Clint Eastwood y unos hermanos Almada… Los carteles disputando la jugosa plaza Veracruz con tres puertos marítimos para cargar y descargar droga (Coatzacoalcos, Veracruz y Tuxpan)… Y con la autopista de sur a norte… Y con pistas clandestinas… Y con narco/policías… Y hasta narco/políticos… Los Árboles del Dolor encarnando el Veracruz sórdido y siniestro… Y en donde la vida se calibra con saña, barbarie, alevosía, ventaja, premeditación y perversidad… De hecho y derecho, una feroz carnicería humana…

META: La vida, señora Nahle, es así… Los malos secuestran y desaparecen personas de clase media y baja… Pero hasta donde se recuerda si se recuerda bien, nunca plagian a gente de la clase alta… Menos, mucho menos, a políticos y/o a familiares de políticos… Quizá porque ellos están blindados con súper escoltas… Acaso porque la ley no escrita los detiene… Quizá porque tienen prohibido “jugar con fuego”… Pero, bueno, si los carteles y cartelitos desaparecieran a gente pudiente y acomodada, otro gallo cantaría a la seguridad pública… Por eso, en el Árbol del Dolor únicamente hay fotos de personas modestas, sencillas y comunes… Y, bueno, hasta en los secuestros y desapariciones la desigualdad social se siente y resiente… Los malos, todo indica, se abstienen de “comer lumbre”… (lv)