Por ejemplo: Partes de unas calles pavimentadas. Uno que otro salón de clases en una escuela primaria. El maquillaje en un jardín y parque público.
La instalación de luminarias en calles y avenidas con los focos apagados.
La remodelación, desde el pavimento hasta, quizá, el drenaje, en avenidas del centro urbano.
Pero…

PASAMANOS: Pero con todo se trata de la obligación número uno, el deber de los deberes, de un alcalde.
Mínimo.
Obligados por ley y de ley.
Digamos, como el deber de un alumno de primaria, secundaria, bachillerato y universidad de estudiar. Y aprobar las materias con el mejor promedio posible.
Digamos, como la tarea de una ama de casa en casa. Incluso, de una trabajadora doméstica.
El jardinero del parque de la esquina y/o particular de conservar el jardín vivo y refrescante y rozagante.
Tarea básica y primordial.
Ninguna razón de peso y con peso para alardear.
Peor, mucho peor, si se desatendieran…

CORREDORES: Par de prioridades en un presidente municipal, un gobernador, un presidente de la república:
La primera, animar y reanimar la creación de empleos y empleos dignos y cubiertos con justicia laboral en las regiones indígenas, campesinas, obreras, suburbanas y urbanas.
Y la segunda, garantizar el denominado Estado de Derecho con la vida y los bienes.
Más con la vida porque los bienes van y vienen… si regresan.
Una vida sin sobresaltos. Los menos, mucho menos, secuestros. Y menos desapariciones. Menos extorsiones. Menos feminicidios. Menos asesinatos. Menos fosas clandestinas.
Es ahí donde simplemente, se conoce y advierte y siente la calidad superior de un político Estadista.

BALCONES: Está bien, por ejemplo, organizar “la flor más bella del ejido”. El filete de mariscos más grande del mundo. El carnaval número uno en el planeta. El festival de globos y para verse en el Polo Norte. El festival de pambazos. La más sabrosa flor de izote. Los tegogolos afrodisiacos. Etecé. Etecé.
Pero empujar y favorecer la creación de empleos y garantizar la seguridad en la vida cotidiana significan la tarea superior.
Lo demás, el maquillaje de la cabecera municipal… pues las rancherías, las colonias y las comunidades suelen permanecer olvidadas, postergadas.

PASILLOS: Pero, bueno, y como parte del ritual religioso y político y social, los informes de los 212 alcaldes.
Incienso y fanfarrias para cada uno. Los mesías a punto de partir quizá a la vida privada. Incluso, a la famosa Renata. La Reserva Nacional del Talento. Y/o, desde luego, al cargo público siguiente. Y “con el tiempo y un ganchito” hasta nos amanece.
De paso, la famosa frase bíblica de aquel político priista: “Dejé de ser alcalde y dejé de ser pobre”. (lv)