Verdadera historia del SNTE y Esther Gordillo (I)
Pedazos de Historia/Gonzalo López Barradas
Columnistas y periodistas que hay en los cientos de periódicos, medios electrónicos, revistas, radio y televisión en México escribieron y hablaron hasta el hartazgo sobre la aprehensión, el 26 de febrero de 2013, en el aeropuerto...
internacional “Adolfo López Mateos” en Toluca, estado de México, por elementos de la PGR y encarcelamiento de la tristemente célebre líder del SNTE acusada, junto con Isaías Gallardo Chávez, José Manuel Díaz Flores, Nora Guadalupe Ugarte Ramírez y Érick Rodríguez, según el Juez sexto de Distrito de Procesos Penales Federales, Alejandro Caballero Vértiz, por violación a la ley federal contra la delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita por 2 mil 600 millones de pesos, considerados como delitos graves por los cuales no alcanzan fianza.
¿Qué no se ha dicho o escrito? ¿Qué tanto se habló en los cafés y en todas partes de esta mujer? ¿Qué faltaría conocer sobre ella? Porque ya sabemos que su capital económico llegaba a los cien mil millones de pesos. Que poseía mansiones valuadas en millones de dólares en España, en Paris, Francia; Coronado, California; las que tenía en la ciudad de México, en Polanco, Bosque de las Lomas y otras; más los autos, camionetas blindadas y lo guardado en las 81 cuentas bancarias. ¡Sabrá Dios cuántas cosas más!
El principio
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, fundado el 15 de marzo de l944, ha sido un sindicato controlado por el gobierno. Durante su existencia ha tenido tres grandes caciques: Jesús Robles Martínez de l949 a l974, Carlos Jonguitud Barrios de l974 a l989 y Elba Esther Gordillo del 23 de abril de l989 hasta el martes 26 de febrero del 2013. Robles Martínez y Jonguitud respetaron los estatutos y fueron secretarios generales un cuatrienio, aunque a trasmano nombraron y destituyeron a los dirigentes magisteriales.
Manuel Sánchez Vite, Enrique W. Sánchez, Alfonso Lozano Bernal, Alberto Larios Gaytán, Édgar Robledo Santiago, Félix Vallejo Martínez y Carlos Olmos Sánchez fueron secretarios generales del SNTE manejados por Robles Martínez.
El 22 de septiembre de l972, con el apoyo del presidente Luis Echeverría, Jonguitud se apoderó del edificio del SNTE con un grupo armado de unas 30 personas y proclamó como secretario interino a su incondicional Eloy Benavides, desconociendo a Carlos Olmos, entonces secretario general. Así terminó el cacicazgo de Jesús Robles Martínez y Manuel Sánchez Vite, enemigos acérrimos de Echeverría. En enero de l974, Jonguitud fue designado secretario general del SNTE.
A partir de entonces había mantenido su poder sobre el sindicato magisterial mediante el grupo Vanguardia Revolucionaria, no obstante que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación CNTE, le ganó tres secciones sindicales en Oaxaca y Chiapas.
Eloy Benavides, José Luis Andrade Ibarra, Ramón Martínez Martín, Alberto Miranda Castro, Antonio Jaimes Aguilar y Refugio Araujo del Ángel, fueron líderes del sindicato bajo las órdenes de Jonguitud.
De ahí que, al asumir la secretaría general, Esther Gordillo sentenció: "Se acabarán los tiempos de los dueños del SNTE, el cacicazgo y autoritarismo. Por encima de todo ello debe prevalecer la voluntad de la clase trabajadora. No vengo con vocación de cacique (…) tres años más y me iré con la frente en alto”.
Pero, ¿quién fue Elba Esther Gordillo?
Así habló el profesor Joel Vargas Cruz, primer diputado local que tuvo la Sección 32 del SNTE: “Formé parte de un grupo de oradores selectos que el maestro Jonguitud había formado para las mejores ocasiones o para los debates de fondo. El maestro me decía “el venenito”, porque mi oratoria vehemente, penetrante e irónica, desarmaba fácilmente, al contrario.
Formaban parte de este grupo: José Luis Andrade, que llegó a secretario general, fue el primer factótum del cacicazgo; el maestro Idulio Cortés López, orador didáctico de enorme cultura que murió en campaña, en Puebla; Ernesto Flores Aguilar, oaxaqueño de oratoria elegante; Elba Esther Gordillo, poseedora de una oratoria maoísta, quien empezaba a dar señales heterodoxas en la Sección 36 del Valle de México. “Quiere figurar”, le dijeron a Jonguitud. “Tráiganme a esa güereja”, dijo el cacique bondadoso. “Un trago de agua y una metida de verga a nadie se le niega. Si quiere figurar, figurará” … Ahí comenzó la Gordillo”.
Tenía entonces 24 años. Delgadita, una pequeña cintura, chaparrita. Desde ese día fue inseparable del líder magisterial. Nació el 6 de febrero de l945 en Comitán, Chiapas. Al momento de su designación (se dice que a propuesta de Manuel Camacho, regente de la ciudad de México) fue delegada política de la Delegación Gustavo A. Madero en el Distrito Federal y presidenta de la Comisión Nacional de Vigilancia del SNTE; trabajó en San Cristóbal de las Casas, San Andrés Larráinzar y Ciudad Nezahualcóyotl, estado de México; Jonguitud la promovió como secretaria de Finanzas del SNTE y como militante del PRI. Fue diputada federal en 1979, (acusada del asesinato de Misael Núñez Acosta, cometido el 30 de enero de 1981 en Tulpetlac). Senadora suplente en 1982, diputada federal, otra vez, en 1985.
El declive del cacique
La caída de Jonguitud y el ascenso de Gordillo obedecieron a diversas razones: A principios de l989, la crisis magisterial llegó a su culminación como resultado del divorcio entre la dirigencia sindical y sus bases, por el autoritarismo de los líderes del SNTE, por su represión sistemática sobre los disidentes, por la reducción de los sueldos de los maestros por la crisis económica, por la penetración de la opositora Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación CNTE en varios estados y la capital del país, así como por el ambiente general del rechazo al PRI mostrado en las cuestionadas elecciones presidenciales de l988 en donde Jonguitud había sido acusado de promover la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas.
El liderazgo de Jonguitud había comenzado su declive porque no pudo contener la fuerza política de la disidencia, y también porque su salud se deterioraba rápidamente. Los líderes de la CNTE, como Teodoro Palomino, eran inviables para participar en la sucesión por su radicalismo y también por las simpatías explícitas que durante las elecciones de 1988 hubieran mostrado a favor del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. La profesora, en cambio, en los últimos diecisiete años había sido un personaje leal al régimen priista; conocía las vísceras del aparato sindical como pocas personas, había tomado suficiente distancia de Jonguitud Barrios como para asegurar que éste no podría continuar por medio de ella gobernando los asuntos magisteriales y, lo más relevante de todo, había entablado una relación de confianza con el grupo salinista a través de Manuel Camacho Solís.
Jonguitud se enfrenta a Gutiérrez Barrios
El periodista Édgar Hernández, premio nacional de periodismo y quien fue director de Comunicación social del exgobernador Fernando Gutiérrez Barrios, escribió sobre el enfrentamiento que el titular de Gobernación tuvo con el cacique magisterial: “El sábado 22 de abril de 1989, pasado el mediodía, Jonguitud fue citado en las oficinas de la calle de Bucareli, sede de la secretaría de Gobierno.
- “Qué lata que Fernando me mande llamar cuando es él quien debería ir a mi oficina”, le reclamó el dirigente magisterial al mayor Armando Félix Contreras, jefe de ayudantes del secretario.
De inmediato el regordete profesor fue introducido no a la sala adjunta sino al despacho donde fue sentado frente al escritorio del secretario quien invariablemente se hacía acompañar del simbolismo: bandera nacional, el escudo y la fotografía del presidente de la República.
Había que hacerle notar a este arrogante que estaba colocado frente al responsable de la política interior, de cara al poder. De hecho, la silla donde fue sentado era más bajita que la de Don Fernando.
- “Me ha pedido el señor presidente reflexione usted sobre la necesidad de dejar el sindicato magisterial”, le dijo Gutiérrez Barrios al flatulento líder.
- “¿Cómo te atreves, Fernando, a pedirme eso? ¿Cómo se atreve el presidente a exigir tal aberración? Dile a Salinas que por si no lo sabe, él no me nombró, fueron un millón 700 mil maestros (cifra de aquel entonces) los que me eligieron”, respondió airado.
- “Lo sé maestro. Sin embargo, el señor presidente le pide reflexione sobre los tiempos, el suyo está llegando a su término”, le devolvió el secretario.
- “¡De ninguna manera!”, tronó el maestro al tiempo que hizo un ademán por levantarse y abandonar el despacho Don Fernando, con la parsimonia y fino desplazamiento que siempre lo caracterizaron timbró y acto seguido entraron una decena de ministerios públicos con tremendo legajo que rebasaba el metro de alto, al tiempo que le decía: “Mire maestro. La PGR en coordinación con la Secretaría de Hacienda se han dado a la tarea de investigar su paso por el magisterio, además hemos recibido una serie de denuncias de los propios maestros y tiene usted que responder por ello”, le apresuró al tiempo que le acercaban tan voluminoso legajo.
- “¡Errr…! No entiendo, señor a qué se refiere”, respondió titubeante al tiempo que sudaba copiosamente. Acto seguido los agentes ministeriales lo invitan a que los acompañe.
- “¡Don Fernando, aquí debe haber una confusión!”, clama angustiado.
- “Es lo más seguro”, le responde el veracruzano de impecable vestir, al tiempo que con un fino gesto pide a los servidores públicos salgan de la oficina.
- “Mire profesor, retoma Don Fernando, usted sabe cómo es esto. El señor presidente Carlos Salinas desea lo mejor para usted. ¿Por qué no se retira? Llévese lo que durante tantos años ha ahorrado y permita a las nuevas generaciones el relevo… ¡Es más! El señor presidente le pide que por el bien del sindicato sea usted quien sugiera quién podría sustituirlo ¿qué le parece?”.
- “Dígale al señor presidente –le regresa el color a la cara al azorado dirigente- que le agradezco la deferencia y que en realidad yo creo que quien mejor puede llevar las riendas del magisterio es una maestra a quien tanto aprecio y es respetada por el magisterio”, dijo triunfante Jonguitud- “¿Quién maestro?”.
- “Pues yo creo que la maestra Elba Esther Gordillo”.
- “¡Así será!”, concluyó para timbrar de nueva cuenta y Así será por una puerta lateral la maestra Elba Esther Gordillo, con un terno azul marino con bolitas blancas. Rubia, llena de vida, sin cirugías, pero sobre todo investida de un minuto a otro con un gran poder.
- “¡Don Fernando!”, dice Elba al tiempo que levanta los brazos y camina presurosa a dar un abrazo al ya para entonces hombre leyenda, sin voltear siquiera a ver a su tutor a quien aparenta no conocer.
Un día después Carlos Jonguitud, ya todo manso, es acompañado a Los Pinos por don Fernando para saludar al señor presidente y simultáneamente dar a conocer a la opinión pública el retiro de Jonguitud, mientras una Elba Esther radiante posaba ante las cámaras de Televisa, en una primera entrevista de la media docena en el curso del día.
Se mostraba sonriente, feliz, porque “¡he cumplido uno de mis sueños!”.
Elba Esther, estaba en el lugar adecuado, en el momento correcto y era la ficha necesaria. Entraba por la puerta grande y por la de atrás su tutor sacado a puntapiés. Saldría para morir de tristeza y desamor”.
Revisando lo publicado en la prensa nacional del primero de mayo de l989 encontramos coincidencias de varios reporteros: Alrededor de las 10 horas, el ama de llaves, Yolanda García, le avisó que tenía una llamada telefónica. Era Andrés Massieu, secretario particular del presidente Carlos Salinas de Gortari, quien le pidió que fuera a Los Pinos porque el presidente quería verlo. Al mediodía, Jonguitud llegó a la residencia oficial de Los Pinos…Media hora después salió con el rostro desencajado: había renunciado al liderazgo vitalicio del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación. Escasos treinta minutos bastaron para que se derrumbara el cacicazgo que por 17 años ejerció en el magisterio del país… Fue la Dirección de Comunicación de la Presidencia la que, a las 13:30 horas, emitió el comunicado 225, en el que informó: "El presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari, concedió esta mañana audiencia al profesor Carlos Jonguitud Barrios en la residencia oficial de Los Pinos. Al final de dicha audiencia, y después de comentar la resolución del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, el senador Jonguitud Barrios informó su decisión de renunciar, hoy, a los cargos sindicales que ocupa como presidente nacional de Vanguardia Revolucionaria y como asesor permanente del Comité Ejecutivo Nacional de Trabajadores de la Educación"...

