Y escuchar noticieros radiofónicos y televisivos… Y de asistir a eventos públicos… Hora, pues, de cerrar un capítulo más en la vida… Ningún caso tiene la vida sin un objetivo superior… Sin un legítimo sueño… Sin un ideal…

ROMPEOLAS: Más cuando, por ejemplo, se han pasado seis, siete, décadas contando historias sombrías y sórdidas de los políticos encumbrados… Y en respuesta, la indiferencia, el desdén, el menosprecio y el desprecio oficial… Con todo y textos informados, documentados y mejor escritos… El hecho probado y comprobado: los políticos tienen la piel frágil… Muy frágil… Y ellos desearían desde los medios el tiradero de incienso… Y si alguien los desacata, entonces, “veinte y las malas” el peor escenario para el trabajador de la información… Entre otras cositas, desde el fuego amigo hasta la exclusión…

ARRECIFES: Sobre todo, cuando se han caminado seis, siete, décadas y la vida pública… Y económica… Y social… Y educativa… Y de salud… Y de seguridad han empeorado… Entonces, suele llegarse a la conclusión de un periodismo intrascendente… Sin sentido… Sin repercusiones… Y de ñapa, la condena… El caso simbólico, por ejemplo, de don Julio Scherer García… Los años en Excelsior… Y los años en la revista Proceso… Siempre denunciando y documentando los ilícitos políticos… Y la corrupción oficial alcanzando el primer lugar mundial… Y la miseria, la pobreza y la jodidez de la población en crecimiento exponencial… Excepcional su caso, pues con todo y la desventura social, nunca don Julio se bajó del ring ni quitó los guantes… Siempre empujando la carreta y pateando el balón…

ESCOLLERAS: Por desventura, pocos, excepcionales, tienen su integridad… Y suele llegarse a la pérdida de la emoción periodística… Duro y rudo para un diarista cuando en el camino se pierden las estrellas guiando a los Reyes Magos… Y cuando las veladoras se apagan… Y cuando los días se vuelven noches…

PLAZOLETA: Se escribe con la esperanza de una vida social mejor para todos… Además, llega momento estelar cuando el simple hecho de informar al lector resulta insuficiente… Se deseo y sueña con buenos políticos… Y con una vocación pública “a prueba de bomba”… Un significado más profundo al periodismo… Pero en el viaje municipal, las tentaciones económicas son muchas… Y muchos quienes resbalan… Y ni hablar, el reportero Zavalita lo pregunta en la novela de Mario Vargas Llosa, Conversión en la catedral, ¿en qué momento se jodió el sueño?... Insólito: cada cuatro años y seis años, el sueño, la aspiración social, se repiten… Incesantes… Y al mismo tiempo, demoledores… (lv)