Y fuego enemigo considerando, entre otros hechos y cositas, los favoritos de Cuitláhuac para la candidatura de MORENA a gobernador el año anterior.
Uno, Éric Patrocinio Cisneros Burgos, el secretario General de Gobierno moviéndose en los cuatro puntos cardinales con el visto bueno de Cuitláhuac.
Y, dos, Zenyazen Escobar, movilizándose desde la secretaría de Educación, y apenas, apenitas, suficiente para la curul federal.
El bombardeo contra Cuitláhuac por la pésima calidad educativa.
La cuestionable obra pública.
La dudosa aplicación del erario.
Los feminicidios.
Las fosas clandestinas.
Además, y como el tiro de gracia, las últimas palabras, el mensaje claro, directo y sin tapujos, el visto bueno en el Congreso para aprobar la reforma a la fiscalía general y achicar la permanencia de nueve a cuatro años.
Y por añadidura, lanzar ya, ya, ya, según parece, a la fiscal general de su palacio de justicia y en donde y como ella misma anunciara, “aquí mando yo”.
La Fiscal, impuesta por Cisneros Burgos con el aval de Cuitláhuac García.
Caray, la Fiscal dama de compañía de Cisneros Burgos en aquella campaña de promoción electoral cortando listones de feria en feria y coronando a las flores más bellas del ejido, y como en su tiempo, por cierto, fue la licenciada Verónica Hernández en Santiago Tuxtla.
Por eso mismo, se entendería, nunca la fiscal general dio seguimiento a las más de doscientas denuncias penales del ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, por irregularidades en el gasto público en el sexenio de Cuitláhuac y en contra, además, de presidentes municipales.
Con todo, indicativo el día cuando la Auditoría Superior de la Federación, ASF, dictaminara sobre la Cuenta Pública del año 2024, el último de Cuitláhuac, y con irregularidades, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo lo enalteció como un político honesto.
Cuitláhuac y Nahle pertenecen al mismo pesebre obradorista.
Pero, bueno, si en la mayoría de las familias los hermanos tienen cruzados los hilos y en cortocircuito, alrededor de AMLO, el ex, las pasiones humanas descarriladas para ganarse sus neuronas, el corazón y el hígado.
Cuitláhuac, protegido de AMLO.
Nahle, protegida de AMLO.
Pero con los cables cruzados.
Por lo pronto, el descrédito de Cuitláhuac y desde el Congreso local.
Y con las comparecencias.
El jesuita, zapatista y pastor legislativo, Esteban Bautista, “dejando hacer y dejando pasar”.
Órdenes son órdenes.
Y como reza el decálogo del jefe vendido en el mercado popular, “si el jefe se equivoca, vuelve a mandar y nada pasa”.

2 (¿Procederá Nahle contra Cuitláhuac?)

García Jiménez gobernador, en el Congreso, el pastor legislativo, Juan Javier Gómez Cazarín cumplió la orden de cabildear y aprobar la Ley Nahle.
¿Fue orden de Cuitláhuac?
¿Se lo ordenaron a Cuitláhuac desde el palacio federal?
¿Fue petición directa a Gómez Cazarín?
Por la Ley Nahle, Gómez Cazarín fue blindado contra la investigación del legislador Esteban Bautista descobijando los ilícitos cometidos en el Congreso local.
Y Esteban Bautista disciplinado.
¡Al diablo… su purificación moral!
¡Y honestidad valiente!
Ahora, la aprobación de la reforma para achicar la temporalidad de la fiscal general seguro, convencido de los últimos días de Verónica Hernández en el cargo.
“Veinte y las malas” Cuitláhuac y Cisneros “remojando sus barbas”.
¿Irá Nahle contra Cuitláhuac, anexos y conexos, por el destripadero heredado de acuerdo con los secretarios del gabinete legal en la comparecencia legislativa?
¿Simples alardes del descrédito y el desprestigio y nada de “devolver al pueblo el dinero robado”?

3 (Exgobernadores presos)

En la historia de los casi ochenta gobernadores de Veracruz, dos han estado presos después del mandato.
Uno, Dante Alfonso Delgado Rannauro y por una venganza política del presidente Ernesto Zedillo cumplida “al pie de la letra” por el góber Patricio Chirinos Calero.
Y con saña porque Dante se la jugó por Miguel Alemán Velasco para la sucesión.
Y, dos, todavía Javier Duarte en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México.

4 (“Golpes de pecho”)

Muchas, demasiadas, excesivas ocasiones durante seis años Cuitláhuac se asestó “golpes de pecho”.
Y declarándose el político de “la honestidad valiente y la purificación moral”.
Incluso, en una rueda de prensa, AMLO, el ex, y de cara al Golfo de México lo declaró un político honesto, de igual modo (¡vaya paradoja!) como cuando Enrique Peña Nieto declaró a Javier Duarte, César Duarte y Roberto Borge Angulo como la trilogía de la nueva generación política.
Ahora, en unas comparecencias, Cuitláhuac, el ex, denostado.
Y por el fuego enemigo.
Y como son varios secretarios del gabinete legal significarían órdenes superiores.
En la historia pública de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares contra Javier Duarte.
Patricio Chirinos Calero contra Dante Delgado.
Agustín Acosta Lagunes contra Rafael Hernández Ochoa y en contra de los suyos.
Los porfiristas Luis Mier y Terán y Teodoro A. Dehesa se llevaron bien.
Y ni se digan Miguel Alemán Valdés y Adolfo Ruiz Cortines.

5 (¿Moros con tranchetes?)

Desde el obradorismo, Cuitláhuac, protegido.
Desde la era Nahle, el bombardeo.
Nahle, la justiciera.
Interpretando la plegaria popular.
¿Fantasía, “mirando moros con tranchetes”, fantasmas, imaginación calenturienta, suposiciones, malentendidos, percepción errónea? (lv)