En el norte de Veracruz, donde en Álamo, los carteles y sicarios se enmascaran y con R-15 cada uno de diez encañonan a una profesora jubilada y taxista, Irma Hernández Cruz, y luego fallecida.
La Tuxpan tan famosa desde cuando Fidel Castro Ruz y Ernesto el Che Guevara y ochenta cubanos barbudos partieron de la comunidad Santiago de la Peña a Cuba para derrocar al dictador Fulgencio Batista.

PASAMANOS: La Tuxpan donde naciera el último ideólogo de la revolución, Jesús Reyes Heroles.
Y el último profeta de la corrupción política, César “El tlacuache” Garizurieta, acuñando la frase bíblica:
“Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”.
La Tuxpan de Demetrio Ruiz Malerva, el gran priista asesinado en el sexenio de Agustín Silvestre Acosta Lagunes.
Los bellos atardeceres tuxpeños empañados con las fosas clandestinas. Y la violencia.

CORREDORES: Una fosa clandestina más en un Veracruz con once meses del sexenio 2024-2030.
Las fosas inauguradas en el territorio jarocho con Javier Duarte. “Colinas de Santa Fe”.
Veracruz, en el concierto latinoamericano.
Ahora, ni hablar, con los tres cadáveres en el poblado de Chalahuite a seguir revolcando la tierra en los terrenos… por si las dudas.
Veracruz es un fosario lo aseguró en momento estelar el sacerdote de la Teología de la Liberación, José Alejandro Solalinde Guerra, convertido después en un apóstol de AMLO, el ex.

BALCONES: Las fosas clandestinas tienen carta de adopción en Veracruz.
Fosas apareciendo en los cuatro puntos cardinales.
De un góber a otro. Y sin ningún barrunto de una esperanza para enaltecer la vida y los días y las noches.
El viejo oeste mirado y admirado en las películas de Estados Unidos germinando de norte a sur y de este a oeste del territorio jarocho.
Fosas con Javier Duarte.
Fosas con Miguel Ángel Yunes Linares.
Fosas con Cuitláhuac García Jiménez.
Fosas con Rocío Norma Nahle.
“La vida es así (de truculenta y huracanada) y qué le vamos a hacer”.

PASILLOS: Se ignora si algún día, algún día, algún día, la tranquilidad, la vida sin sobresaltos y la paz pública podrán recuperarse desde Tampico Alto hasta Las Choapas y desde Maltrata a la ciudad jarocha.
Y pasando por Xalapa y la Cuenca del Papaloapan y Los Tuxtlas.
Ni siquiera, vaya, el brujo más osado y temerario se atrevería a emitir un pronóstico.
En Veracruz, únicamente en los dos años del capitán Fernando Gutiérrez Barrios pudo vivirse y usufructuarse cada día sin sorpresas fatídicas y sin violencia.
El resto del tiempo, el infierno.
Un infierno llamado Veracruz. (lv)