De la gloria al infierno
**Duarte sigue preso
**¡Vaya tribu priista!
ESCALERAS: Javier Duarte de Ochoa, de la gloria en la silla embrujada del palacio de Xalapa... al infierno.
Seis años en el peldaño más alto del poder público. Preso desde el año 2017 en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México.
El político admirado por el presidente Enrique Peña Nieto y quien, por cierto, después lo dejara solo. Y acusado, entre otros hechos, de lavado de dinero y desvío de recursos públicos.
Los abogados solicitaron la libertad anticipada, pero la jueza Ángela Zamorano la negó. La razón de peso y con peso, el delito de desaparición forzada, nunca, jamás, prescrito.
¿Y la hija de la señora Aracely Salcedo, de Orizaba?
¿Y el hijo de la profesora Lucy Díaz Genao, de la ciudad jarocha?
Entre tantos otros. Más de siete mil cuatrocientos desaparecidos a la fecha y desde entonces.
Cuarenta Colectivos buscando a los suyos. Hijos. Y parientes.
PASAMANOS: Año 2016, Duarte, prófugo.
Año 2017, detenido en Guatemala y extraditado.
Sentenciado hasta el mes de abril del año entrante. Nueve años.
La causa, obstruir la justicia hurgando sobre el destino del policía David Lara Cruz.
En la secretaría de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita.
Tiempos duros y rudos para Duarte:
En la cárcel rechazó comparecer con el juez en una audiencia.
Entonces, los custodios lo amarraron a una silla y lo llevaron.
A fuerza.
Su esposa Karime Macías viviendo con sus hijos en Londres, la ciudad más cara del mundo.
Muchos amigos y aliados lo abandonaron.
CORREDORES: En un tiempo, para Enrique Peña Nieto, trío de políticos ejemplares, icónicos y simbólicos.
Uno, Javier Duarte. Dos, César Duarte. Y, tres, Roberto Borge Angulo.
Mañana aquella cuando Duarte y Borge aparecieron en el café de La Parroquia, 207 años, vestiditos igual.
Igual la camisa. Igual el pantalón. Iguales los zapatos. Igual el peinado.
Los tres terminaron con juicios penales. Incluso, los tres huyendo primero. Perseguidos. Detenidos.
Seis años como príncipes y jeques árabes.
Lo decía el jefe Fidel Herrera Beltrán: “En la plenitud del pinche poder”.
Ahora, estar viviendo tras las rejas y en una celda.
BALCONES: Durante más de setenta años, el partido tricolor dominó en la nación.
Dueños del día y de la noche. Dueños del destino individual, familiar y colectivo.
Dueños del billete público. El cargo público para siempre.
Vivieron el presente. Olvidaron el futuro.
Usufructuaron las vacas gordas. Hoy, encaramados en las vacas flacas.
En el caso de Javier Duarte ya se conocerá el desenlace del delito de desaparición forzada de un policía y del que lo acusan.
Sexenio cuando Veracruz se fue convirtiendo en un fosario. Y con fosas clandestinas.
PASILLOS: De hecho y derecho, el triste final de una generación política.
Los Érick Lagos. Los Jorge Carvallos. Los Adolfo Mota. Los Arturo Bermúdez. Los Alberto Silva. Los Gabriel Deantes. Y hasta los Tomás Ruiz. Y noviecitas, barbies, en cargos públicos. Etecé. Etecé.
La historia sexenal los consignó. Nunca los liberó ni ha liberado.
Veracruz de moda desde el año 2016 (y desde antes) cuando Duarte se convirtió en un prófugo de la justicia.
Cuarenta días y cuarenta noches, Flavino Ríos Alvarado como góber interino. (lv)

