La góber, empujando la carreta y pateando el balón sin detenerse ni voltear a los lados.
El último bombardeo de Huerta contra Nahle fue a propósito del incremento salarial a la góber.
Lo expresó del siguiente modo:
“Si es de MORENA… se bajará el sueldo.
“Debe evitar aumentos innecesarios.
“Que cumpla su obligación moral”.
Duro y tupido.
Más, mucho más allá de la filosofía obradorista de “Amaos los unos a los otros”.
Incluso, sin detenerse en la otra filosofía obradorista de para los malosos “abracitos y besitos”.
Ni en la otra filosofía del Edén tabasqueño de “no somos iguales”.
Claro, claro, claro, el senador dejando claro a la góber que “no son iguales”.
Según parece.
Sabrá el chamán y los conspiradores de café las razones de peso y con peso para tanto resentimiento y odio del senador.
De cara al Golfo de México bien pudiera considerarse en Huerta la perdida en dos ocasiones de la candidatura de MORENA a la jefatura del Poder Ejecutivo estatal.
La primera, con Cuitláhuac García.
La segunda, con Nahle.
Pero de ser así, y en todo caso, la culpa sería de AMLO, el ex.
AMLO inclinó el Dedazo Supremo por ellos dos.
Más cuando según la historia local, Huerta con Amado de Jesús Cruz Malpica, alcalde de Coatzacoalcos, son considerados los amigos históricos de Andrés Manuel López Obrador en Veracruz.
Trabajaron a su lado en la jefatura de Gobierno en la Ciudad de México.
Y ungidos hasta diputados federales.
El senador, quizá, quizá, quizá, olvidó la filosofía de Juan Maldonado Pereda, cuatro veces legislador federal:
“En política nunca llega el más capaz, sino el que más conviene”.
Pero ni modo, bien pudieran existir otras razones.
Huerta cumple más de un año como francotirador de Nahle.
Y Nahle, como Carlos Salinas de Gortari, ni lo escucha ni lo oye.
Ni le hace caso.

2 (Ni en el tiempo priista…)

Una desventura que dos políticos de MORENA y tan valiosos para ong padezcan un cortocircuito.
Lo escribió Morris West en su novela “El arlequín”:
Los grandes imperios y emporios se destruyen desde adentro.
Hasta donde se recuerda si se recuerda bien, rara, extraordinaria ocasión en el tiempo priista de Veracruz tanto resentimiento y odio de uno contra otro.
Y si se concitaron, temporada estelar existió cuando pactaron.

3 (Nadie tiende un puente)

Peor aún: En el gobierno del Estado pareciera que ningún funcionario tiene buena química con el Senador.
Por una razón:
En un año ninguno ha tendido un puente para sumar.
A menos sea la orden superior.

4 (Senador de “armas tomar”)

Quizá en el camino político, la góber intentó someter al senador.
Y como el senador “es de armas a tomar”, sobrevino la colisión aparatosa.
Par de dinosaurios frente a frente. (lv)