El seis de noviembre, 2025. Tres días sin saber nada de su destino y paradero.
Uno más en el llamado segundo piso de la Cuarta Transformación. Las tribus de la izquierda, en el poder sexenal.

ROMPEOLAS: Destinos turbulentos y huracanados en Veracruz:
Cuitláhuac García Jiménez. El reino de los feminicidios. Y a nivel nacional.
Javier Duarte de Ochoa. “Veracruz, el peor rincón del mundo para el gremio reporteril”.
Diecinueve trabajadores de la información ejecutados. Entre ellos, feminicidios. Una reportera, decapitada. Un periodista, decapitado.
Agustín Silvestre Acosta Lagunes. El paraíso de “La Sonora Matancera”. Tiempo cuando los caciques y pistoleros cobraban cincuenta mil pesitos de aquellos por asesinar a una persona.
Jorge Cerdán, década de 1940. Cuarenta mil agraristas asesinados en aquella feroz lucha por la tierra. El operador de los latifundistas, el jefe máximo de la banda “La mano negra”, Manuel Parra Mata.
Luis Mier y Terán. El crimen de nueve jarochos sublevados a una reelección más del dictador Porfirio Díaz Mori.
Y los nueve asesinados por la espalda y con el tiro de gracia.

ARRECIFES: Teodoro A. Dehesa. El asesinato de trescientos obreros textiles de Río Blanco. Y a cargo de soldados. Enviados por el dictador para tronar la huelga en contra de una fábrica propiedad de un extranjero, amiguito de Porfirio Díaz.
Ahora, en la era Nahle, catorce políticos asesinados.
Cierto, también una periodista ejecutada. Y un reportero desaparecido.
Pero en los once meses y días del mes último, los políticos en la mira siniestra y sórdida.

ESCOLLERAS: Ninguna autoridad ha podido frenar el tsunami fatídico en contra de políticos.
Tampoco, los feminicidios. Ni los secuestros. Ni los desaparecidos. Ni las extorsiones. Ni las fosas clandestinas. Ni el escurridero de sangre. Ni los cadáveres flotando en ríos y lagunas.
Cadáveres, vaya, de perritos y caballos y burros arrastrados por las corrientes del Golfo de México en los días duros y rudos de las lluvias, ríos desbordados e inundaciones y 38 muertos en el norte de Veracruz.
Álamo y Poza Rica, los epicentros.
Pero…

PLAZOLETA: Pero… el expresidente municipal fue degollado.
Saña. Barbarie. Alevosía. Ventaja. Premeditación. Y perversidad.
Y más, mucho más, porque la familia pagó el rescate.
Y de nada sirvió.
Demasiada, excesiva ponzoña.
Todo, porque los malosos y malandros, pistoleros y sicarios, carteles y cartelitos, siguen creciendo ante tanta, tanta, tanta impunidad.
El “Veracruz de moda” con el crimen del político y degollado y no obstante el pago del rescate por la familia, transfigurado en el Veracruz de la impunidad.
En todo caso, “Veracruz de moda” por el tsunami de impunidad. (lv)