Terror en Veracruz
**Saña y barbarie
**Y perversidad
**En tantos crímenes
ESCALERAS: Muchos, demasiados, excesivos crímenes con saña y barbarie, alevosía, ventaja y premeditación y perversidad se han concitado en Veracruz.
Y dejando en cada hogar, cada familia, cada pueblo, una estela de dolor y sufrimiento.
Por ejemplo: El reportero secuestrado y asesinado y decapitado en Tezonapa. Su cadáver arrojado sobre las vías del tren. La cabeza a un lado.
El periodista obligado con la pistola en la sien a cavar su propia sepultura en Coatzacoalcos.
Luego, el tiro de gracia. El cadáver tirado en su fosa.
El hombre plagiado y ejecutado y colgado del puente de Tuxpan.
PASAMANOS: El crimen de una niña en la sierra de Zongolica por una bala perdida.
El asesinato de la madre de 92 años y la hija de 69 años en la ciudad jarocha y en su casa donde ambas vivían solas y con el único objetivo del robo.
La desaparición de las trece edecanes de Xalapa luego de una fiestecita nocturna en Actopan y en donde en el trascendido siempre afirmaran la participación de políticos y funcionarios públicos con carteles, sicarios y pistoleros y malosos y malandros.
CORREDORES: El secuestro, la desaparición, asesinato y cercenados en sus partes acomodadas en bolsas negras de plástico de tres fotógrafos y una chica en la ciudad jarocha y arrojadas las bolsas en un canal de aguas negras.
La diarista secuestrada en su casa en la ciudad jarocha y desaparecida y asesinada y decapitada y arrojado el cadáver en una callejuela en Boca del Río.
El montón de feminicidios, una tragedia en sí misma, pero multiplicada con más de mil niños huérfanos… de madre.
Y huérfanos de madre debido a la violencia descarrilada, fuera de control, como un tsunami.
BALCONES: La chica de Orizaba de 21 años plagiada en una discoteca y desde entonces, el primer año del sexenio de Javier Duarte, desaparecida.
Sin ninguna pista. Sin ninguna señal. Sin ningún rastro.
Y siempre habría de referir la existencia de más cuarenta Colectivos integrados con madres y padres con hijos y parientes desaparecidos y a quienes con fe y esperanza los siguen buscando.
La peor saña del mundo cuando la profesora Irma Hernández Cruz, de Álamo, perdiera la vida, luego de diez malandros encapuchados y apuntándole arrodillada y obligada a leer un comunicado solicitando a su gremio taxista “pagar el derecho de piso o terminarán como yo”.
PASILLOS: La vida en Veracruz convertida en un infierno.
Más allá de que “soy más veracruzana que ‘La bamba’” y por eso mismo la jefa máxima suele vestir los trajes típicos de los indígenas en eventos oficiales.
Y más allá de los pachangones con las fiestas tradicionales y religiosas en cada pueblo.
Y más de que “vamos a cuidar a las mujeres” y “vamos a exterminar la violencia”.
Y más allá de enemigos, opositores y adversarios calificados de carroñeros y miserables, ¡vaya grandeza política, social y humana!
“Los crímenes de alto impacto (en Veracruz) han quedado en la epidermis” (Raymundo Riva Palacio, Estrictamente confidencial).
Empolvados.
En el archivo muerto. (lv)

