5) Su discreto y eficiente trabajo como diseñador de páginas del periódico donde laboraba… 6) El profe capaz de “quitarse la camisa para dársela” a los suyos y amigos y compadres y hasta vecinos…

ROMPEOLAS: 7) Su vocación social para ayudar a quienes lo necesitaban… Es más, hasta personas desconocidas que se le acercaban… 8) Caray, el apoyo singular a los amigos… Pero más, mucho más, a los hijos de los amigos en apuros… Vaya, hasta a los hijos de los amigos fallecidos… Y a quienes, en muchos casos, ni conocía… 9) Después de la faena laboral en el periódico solía invitar un lecherito a los estudiantes aprendices del oficio… 10) Si un alumno soñaba con estudiar en el extranjero tocaba las puertas y ventanas necesarias para conseguirle una beca… Y en muchos casos, él mismo aportaba una mensualidad de su salario…

ARRECIFES: Fue un profesor modesto… Y al mismo tiempo, en rara y extraña conjunción, brillante… Pero siempre lejos, demasiado lejos, de los reflectores y las candilejas… Fue director de una escuela primaria maestro egresado de la Normal… Y cumplió su legítimo sueño: alumno de la antigua Facultad de Periodismo de la Universidad Veracruzana fue el primer en titularse… Y fue el primer alumno convertido en director… Así, alternaba su chamba en la facultad y en el periódico… Y nunca los humus se le encaramaron en las neuronas…

ESCOLLERAS: Era tan sencillo que nunca, jamás, hizo sentir su grandeza… Digamos, se hacía sentir como uno más de la tropa estudiantil, por ejemplo… Su generosidad era tan inmensa que hasta se involucraba en los problemas personales de los alumnos, en ningún momento estableciendo una raya, sino como “un granito de arena” para resolver pendientes… Cercano, pero distante… Pendiente, pero respetando la decisión familiar… Una especie de terapeuta familiar… Las dichas y las desdichas de los chicos eran suyas… Y siempre con una fe y una esperanza inconmovible de que luego de los días turbulentos y grisáceos suele aparecer el sol…

PLAZOLETA: Gran maestro… Gran periodista… Gran amigo… Un nicho para su recuerdo en el altar hogareño… Siempre está aquí… Y se le evoca y convoca con enorme admiración… Incluso, de la escuela primaria a la universidad, el mejor entre los mejores… Su enorme, gigantesca, calidad humana… Nunca una envidia dura y ruda en contra de un amigo brillante… Por el contrario, más les abría las puertas para descollar… Se conocía a sí mismo y por eso estaba consciente de sus alcances… (lv)