El diputado jesuita
**Y que zapatista
**Con la R15 al hombro
ESCALERAS: Jesuita, zapatista (del subMarcos), dos veces alcalde, dos veces legislador federal, jefe máximo de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) del Congreso local morenaco, Esteban Bautista está inventando nueva biblia política de adjetivos calificativos contra los adversarios, opositores y enemigos.
Además, fuego amigo.
Entre ellos, por ejemplo, el senador Manuel Huerta Ladrón de Guevara en su mira.
En su último rosario bíblico, Bautista lo describió del siguiente modo: Protagónico. Emisario con carta de ayuda. Buscando reflectores. Oportunista político. Hipócrita. Y con pose de salvador.
Además, y de paso, mucho sabe Bautista de salvadores con el ejemplo del subcomandante Marcos.
PASAMANOS: Un sexteto de adjetivos calificativos y que, acaso, quizá, la Real Academia Española le resultara insuficiente.
Indicativo: El jesuita Bautista descarriló en la ladera política contra Huerta y sin documentar ni aportar razones de peso y con peso para los calificativos.
Casi casi, como en la escuela primaria los niños “sacándose la lengua”.
Y/o como los buscapleitos desafiándose para la salida del salón de clases y/o del trabajo, el taller, la fábrica, la industria, el surco.
De entrada, si Huerta, digamos, se bajara al piso y/o trepara al ring se reduciría a sí mismo.
Con todo, la Senaduría de la república es mucho más, más, más, grande que la diputación local.
CORREDORES: Claro, claro, claro, se entiende (y que otra cosa significa justificar), en ningún momento Huerta pertenece al primero y el segundo y el tercer círculo del poder de la gobernadora.
Y como entre ambos, parece, existe un cortocircuito, entonces, y de manera presumible, Esteban Bautista arroja gasolina al fuego en la caldera.
Todos, para quedar bien y congraciarse.
Nadie pensaría que procurara los adjetivos y lo rafaguea con su R-15 por órdenes superiores.
BALCONES: Significativo: Desde hace ratito, más de once meses, digamos, Huerta ha sido bombardeado desde las otras tribus morenacas de Veracruz.
Y el senador, como el famoso cuento más corto del mundo, Tito Monterroso, “al despertar el dinosaurio seguía ahí”.
Simplemente, por más rafagueo y a veces hasta con pistolitas de agua, los morenacos de la capilla Nahle han fracasado en el intento de favorecer un ataque mortal de caspa al senador.
Se ignora si por medio, entre ambas partes bien pudiera atravesarse un desgaste político, social y moral.
Por ejemplo, la feroz lucha en el siglo pasado de las tribus priistas y en donde solían llegar hasta el asesinato.
PASILLOS: Por lo pronto, en el imaginario colectivo queda la percepción de que Esteban Bautista está muy agradecido (estilo Pedro Vargas) con la jefa máxima y por eso arremete contra Huerta.
Además, sin olvidarse que luego de un manotazo de Nahle olvidó por completo los trastupijes que investigaba de su antecesor en la JUCOPO, Juan Javier Gómez Cazarín, delegado del Bienestar, el genial autor, ajá, de la Ley Nahle.
Y el reality-show del fotomontaje de algunos diputados morenacos en el norte de Veracruz llevando la misericordia a las víctimas y los damnificados.
Ellos, los legisladores, exhibidos por sí mismos y/o por Bautista de igual modo como Bautista ha querido exhibir a Manuel Huerta. (lv)