Cafres del volante
**Veracruz de muertos
**Buganza apretó tuercas
UNO. Cafres del volante
Al menos, en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, los cafres del volante siguen usufructuando el derecho, ajá, de atropellar y matar a los peatones.
En el mes de diciembre del año 2024, ya entrado el sexenio 2024/2030, por ejemplo, el cafre de un autobús urbano de pasajeros cometió el primer feminicidio en el estado de Veracruz.
Fue una mujer atropellada y quien perdiera la vida en la avenida 16 de septiembre.
Ahora, una mujer más atropellada.
En la colonia Chivería.
María G. 66 años de edad.
Atropellada por un cafre de la línea Comercial Mexicana. Número económico 929.
Por fortuna, digamos, lesionada.
El conductor, Raúl S. 62 años. Que no la alcanzó a mirar.
Viernes octubre 17. En el Infonavit Chivería.
DOS. Buganza apretó tuercas
En el sexenio de Javier Duarte, el secretario General de Gobierno, el panista Gerardo Buganza, tomó decisión inalterable y firme y ante tantos homicidios cometidos por los conductores de autobuses de pasajeros.
Simplemente, suspendía la concesión del autobús a los dueños de la línea.
Además, claro, del proceso penal a cada cafre.
Una de las víctimas de aquel entonces fue el padre del ex diputado federal y presidente del comité de carnaval, Luis Antonio Pérez Fraga (Q.E.P.D.).
TRES. De Duarte a Nahle
Ahora, en el sexenio 2024/2030, tan solo en la zona Veracruz-Boca del Río varios homicidios.
Y en su mayoría, caray, mujeres.
Como si el Veracruz campeón nacional en feminicidios fuera insuficiente.
Y con más de mil niños huérfanos de madre.
El Veracruz de Nahle igual, igualito que el Veracruz de Duarte.
Entonces, desde la secretaría General de Gobierno y la dirección de Tránsito han de apretar tuercas.
Las aprietan o, por el contrario, los cafres seguirán manejando los autobuses de pasajeros como cafres.
Sus neuronas están hechas para brincarse los altos y manejar como loquitos para ganar el pasaje a los demás pues, ya se sabe, ellos perciben el salario de acuerdo con el número de boletos vendidos en el turno.
CUATRO. Un Veracruz de muertos
En el Estado jarocho lo único que sigue creciendo y de manera exponencial son los muertos.
Muertos, claro, de enfermedad natural.
Pero también muertos por la violencia descarrilada, fuera de control.
Desde asesinatos hasta feminicidios.
Y desde asaltos en casas y comercios hasta atracos en las carreteras y los caminos.
Entonces, y si de ñapa se agregan los muertos cometidos por los cafres de los autobuses urbanos, la vida a la orilla del precipicio.
Y sin ninguna fe ni esperanza de que los días y noches fueran pacíficos y tranquilos.
CINCO. Le vale a la autoridad…
Indicativo y significativo: Luego del montón de atropellados y fallecidos por los autobuses de pasajeros y de seguro en los cuatro puntos cardinales de Veracruz, ningún manotazo oficial del Gobierno del Estado.
Quizá, bien pudiera deberse a que pocos lo habrán advertido. Y les vale, además.
Peor, cuando en el Congreso hay diputados locales miembros de la Comisión de Transporte y Vialidad y quienes también parecen habitar una ínsula aislada del resto de la civilización jarocha. (lv)