“La raza pura” de Adolf Hitler y que lo llevara a asfixiar en las cámaras de gases a seis millones de judíos alemanes y de los cuales un millón era niños…

CURVA PELIGROSA: “La raza bíblica” que los doce apóstoles de Jesús pretendieron fundar en las goteras de Jerusalem y en donde crearían una especie de Comuna y en donde todos serían cien por ciento iguales… “La raza plural” que Pancho Villa intentara lanzar en Durango en el ranchito obsequiado por las tribus políticas y en donde concentraría a sus veintinueve esposas (con todas casado por la iglesia) y con quienes procreara veintiocho hijos… “La raza indígena” que siempre soñaron los emperadores aztecas, Moctezuma, Cuitláhuac y Cuauhtémoc, pero que el conquistador Hernán Cortés se encargara de despedazarlos y decapitarlos en su ideal contemplado… “La raza imperial” y con la que vivía obsesionado el emperador Maximiliano de Habsburgo con mamá Carlota y lanzando de palacio nacional al presidente Benito Juárez García y a lo que tantos mexicanos se prestaron, entre ellos, Juan Nepomuceno Belmonte, el hijito del sacerdote José María Morelos…

AUTOPISTA DEL SUR: “La raza de los millonetas”, aquella integrada por gente rica, riquilla, pudiente y millonaria y en un país donde seis de cada diez habitantes viven en la miseria, la pobreza, la jodidez, el desempleo, el subempleo, los salarios pichurrientos y la migración, sobre todo, a Estados Unidos… “La raza jodida” formada por el millón de indígenas y los dos millones de campesinos y los tres millones de obreros en los cuatro puntos cardinales del Estado de Veracruz… “La raza de las mesalinas”, Veracruz, primer lugar nacional en mujeres de alquiler y primer lugar nacional en su deportación a ciudades del interior de la nación… Y “La raza de plomo” significada por los carteles y cartelitos, sicarios y pistoleros, malandros y malosos repartiéndose el gran botín jarocho…

AUTOPISTA DEL NORTE: En el filme “Deseo prohibido” (también Babygirl), la actriz Nicole Kidman interpreta el papel más intenso de su vida… Ella está casada (Antonio Banderas) y con tres hijas… Y empresaria exitosa… Pero su imaginación íntima es volcánica y por más que orilla, induce, al esposo jamás le hace fuerte… Y por eso mismo, busca la pasión imaginada y soñada en un chamaco de su empresa (Harris Dickinson)… Y un chico con mucha experiencia sexual… Y ella enloquece… Y pierde el control sicológico… Y cada vez desea más y más… Y el chico le sigue cumpliendo… Pero camino al precipicio y rodando cuesta abajo, ella se detiene… Y busca terminar la relación… El chico migra de Estados Unidos a Japón aceptando una oferta laboral… Y Nicole Kidman confiesa a Antonio Banderas el vértigo experimentado… Y le pide cumplir sus deseos para salvar el matrimonio… Está en Prime…

RECTA FINAL: ¡Ay, los ruidos extraños y raros y comunes y sencillos en casa!... ¡Y en la madrugada, por lo regular!... Y multiplicado el temor y el miedo… Por ejemplo, de pronto, ¡zas!, suelen escuchar unos pasos… Y si se pone atención se parecen a los pasos de mamá o papá ya fallecidos… Y/o se escucha una tos parecida a un familiar muerto… En todo caso, ausente… Y con quien se lleva muchos años de lejanía… Una madrugada, escribió Octavio Paz Lozano, mientras leía escuchó unos pasos en el pasillo… Entonces, preguntó: “¿Quién anda ahí?”… Y la respuesta fue: “Nadie… Soy yo”… El Nobel de Literatura desconoció la voz… Prendió la luz del pasillo y se asomó… No había nadie… Mejor dicho, solo el silencio… Y buscó y buscó en la planta alta y baja de la casa y nadie… Los médiums dirán que era el alma de un familiar necesitado de paz…

META: La más grande bendición, la mayor dicha, tener y usufructuar vecinos cercanos… A tono con el adagio popular de que en cada familia los hermanos se imponen, mientras los vecinos se eligen y multiplican en una amistad, digamos, fraternal… De hecho y derecho, la historia demuestra que unos buenos vecinos iluminan los días y las noches… Y suelen extender la mano generosa y solidaria en los tiempos de las vacas flacas y tan abundantes como son… Más cuando de vecinos se convierten, en efecto, en amigos… Y hasta en compadritos… Más todavía, cuando los hijos de los vecinos llaman a uno tío o tía… Y viceversa… Más, mucho más cuando los hijos de los vecinos se prenden y enamoran… Y hasta contraen nupcias… Casi casi como la amistad entre Jesucristo y Juan Bautista, y aun cuando eran primos (tantos primos lejanos en la vida) se querían y respetaban como hermanos… (lv)