Migrantes no están solos en E.U.
1 (Lejos, el gobierno mexicano)
En el año 1974, el presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, recién reelecto, fue obligado a renunciar por el caso Waregate.
Todo, por su obsesiva obsesión de espiar al Partido Demócrata, su adversario.
Incluso, a los miembros de su gabinete legal y ampliado.
Era dichoso y feliz sentado horas escuchando las cintas de grabación que los suyos le acercaban.
En aquella histórica dimisión fue decisivo el periodismo de The Washington Post con los reporteros icónicos y simbólicos, Bob Woodwar y Carl Bernstein.
Uno y otro interpretados en el filme cinematográfico "Todos los hombres del presidente" con Robert Redford y Dustin Hoffman.
Ahora, en EU está cuajando cada vez con mayor intensidad una resistencia dura y ruda, sistemática, firme, inalterable, contra la ofensiva antimigrante de los miles y millones de migrantes sin y con papeles y a quienes Donald Trump ha estado repatriando.
La ofensiva antimigrante de la Casa Blanca parte de un hecho concreto y específico:
Cada vez se multiplican la inconformidad y la indignación crónica, las protestas, las marchas y los mítines de migrantes en contra de Trump.
Por eso, mientras la Casa Blanca militariza el asalto en contra de los Estados Demócratas por crear y recrear las Ciudades Santuarios como una especie de paraíso terrenal para los migrantes, Trump ha ordenado en su penúltimo manotazo retirar el presupuesto federal a los gobernadores demócratas.
Y por eso, los gobernadores, legisladores, líderes religiosos y sociales y vecinos de las Ciudades Santuarios se han sumado a las actividades de defensa y apoyo a los extranjeros.
Se ignora, por ejemplo, el desenlace que algún día será de esta lucha (además, desigual) entre Trump y los demócratas y los migrantes.
Digamos, si podría, quizá, quizá, quizá, repetirse el caso de Richard Nixon obligado a renunciar a la Casa Blanca con todo y estar reelecto.
La efervescencia política y ciudadana en su contra lo hundió en el peor abismo de su vida pública.
Más cuando Trump, por ejemplo, ha utilizado a soldados (como en el caso de Portland) como una especie de intervención militar para pacificar los Estados en desacuerdo con sus manotazos.
En Chicago, por ejemplo, fueron arrestados más de setenta legisladores locales y defensores de derechos humanos por los agentes federales y quienes, además, estaban enmascarados. (La Jornada, David Brooks y Jim Carson)
Las comunidades de todo el país han condenado (y siguen haciéndolo) las redadas.
Incluso, se han declarado en vigilia frente a los centros de detención de migrantes.
2 (Revuelta en Estados Unidos)
De hecho y derecho en EU se vive y padece una revuelta.
Por ejemplo: La senadora de Chichago, Karina Vila, confrontó a los agentes migratorios y se puso al tú por tú con ellos.
Además, alertó a los vecinos, todos migrantes, de su presencia solicitando que por ningún razón les abrieran las puertas de sus casas.
En Manhattan, cientos de activistas ocuparon la entrada y salida de un edificio co oficinas federales para obstaculizar el traslado de inmigrantes detenidos.
En el suburbio de Broadvieu, Chicago, los agentes federales se fueron contra los migrantes con gas pimienta.
Los agentes federales están deteniendo a los migrantes enmascarados para enviar su identificación.
Y sin mostrar la credencial de agentes migratorios.
Ni autorizaciones judiciales.
Incluso, en las calles capturan a los migrantes y los desaparecen.
Y por más y más que las familias los buscan ningún informe oficial sobre su destino y paradero.
Simplemente, se está, parecerse estarse, dando una peor circunstancia social (y tan prolongada) que cuando Nixon fue obligado a dimitir en 1974.
En EU, la gran lucha, lucha ejemplar y heroica, de los migrantes en contra del gobierno federal.
El rencor, el odio, la venganza, las presiones políticas del presidente de la república son tan incalculables como imprevisibles. (lv)