Moda Morenaca
**Burócratas vestidos...
**Como indígenas
ESCALERAS: En Oaxaca, el góber morenaco, Salomón Jara, ha dado el primer gran paso. Ordenó a los burócratas que un día a la semana (el miércoles le gustó, quizá por ser la mitad de la semana), todos, mujeres y hombres se presenten a trabajar con vestimenta indígena.
Digamos, con los taparrabos que a los doce años seguía usando Benito Juárez García.
Y, además, sin zapatos, el pie descalzo, como cuando el indito más famoso de Oaxaca le sirviera cafecito negro a Antonio López de Santa Anna en girita oaxaqueña.
Claro, claro, claro, y para honrar a la Morenita del Tepeyac, también podrían los burócratas trabajar con la vestimenta del indito Juan Diego, el famoso del país luego, claro, de Benito Juárez.
PASAMANOS: Entonces, y como el góber precioso ha puesto de moda la vestimenta indígena, nadie dudaría que él también llegue a trabajar vestido de indito, incluso más días de la semana para poner el ejemplo.
Desde luego, también podría llegar vestidito de indito cacique, indito jefe máximo, chamán, adivino, brujo.
Y por supuesto, los jefes máximos de los gabinetes legal y ampliado.
Por lo pronto, la decisión de que cada burócrata vista la ropa tradicional de alguna etnia del estado y tantas que son como cada año queda demostrado con la Guelaguetza.
El paso siguiente es que en la noche del miércoles se instaurara en el zócalo de Oaxaca un mini festival de la Guelaguetza bailando los burócratas y los jefes y directores y subsecretarios y secretarios y el góber precioso.
Incluso, hasta los escoltas y guardaespaldas.
CORREDORES: Tal cual y para seguir honrando a los inditos, ojalá que “con el tiempo y un ganchito” el resto de gobernadores reprodujeran “al pie de la letra” la filosofía social y política y hasta educativa de Salomón Jara.
Caray, hasta la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo podría llegar a Palacio Nacional vestida de indígena en la llamada “Mañanera del Pueblo” que el pueblo son las etnias vivientes y sobrevivientes en la república amorosa y humanística.
BALCONES: La plegaria de los artesanos y colectivos de Oaxaca vendiendo vestimenta indígena es caótica:
Ellos ninguna esperanza tienen de mejorar las ventas, porque simplemente en Oaxaca domina y predomina la venta de artesanías de origen chino y todas, sin excepción, inspiradas en los diseños característicos de Oaxaca.
Es decir, desde China suelen enviar y en cantidades industriales los vestidos de las etnias para venderse en las calles incluso, de Oaxaca.
Además, los productos chinos de los vestidos indígenas son elaborados en máquinas especiales.
Y por añadidura, reducen el costo y el tiempo de fabricación ante los artesanos oaxaqueños.
PASILLOS: Por ejemplo, un huipil oaxaqueño suele costar entre 600 y 900 pesos.
Y un huipil chino hasta en cien pesos (La Jornada, Jorge A. Pérez, corresponsal).
Y, bueno, “la vida es así y qué le vamos hacer”.
En el pueblo, por ejemplo, todos los molineros de nixtamal que molían tempranito latas de maíz y producían masa para elaborar a mano las tortillitas fracasaron cuando llegaron las maquiladoras.
Y los tendajones cerraron cuando llegaron las plazas comerciales.
Y las peluquerías cerraron con los salones de belleza unisex.
Y hasta los congales bajaron el telón con la venta de maniquíes sensuales y sexuales. Más ahora con los Robots Humanoides. (lv)