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Martes 16 septiembre, 2025

Periplo depresivo

**Vivir sin sentido
**Asunto de Estado

UNO. Viaje depresivo

El viaje depresivo es el peor periplo de la vida. En un momento estelar, por ejemplo, la persona suele darse un escopetazo en la boca para una muerte automática.
En el mejor de los casos suele tenerse y padecerse una vida vegetativa.

Como una planta. Un árbol. El pasto del jardín.
Pero una planta, un árbol y un jardín que poco a poco, pian pianito, se van secando. Y hasta llegar a la extinción por inercia.
Desde luego, la posibilidad de que con un tratamiento médico y de muchos meses la persona pueda liberarse.

DOS. La vida sin sentido

La depre (como le llaman de cariño) tiene su origen en la pérdida del interés de seguir aquí, en la tierra.
De pronto, el depresivo entra en una contemplación mística y esotérica de las horas de cada día y noche.
Incluso, al grado de poner su vida “patas arriba”.
Por ejemplo, dormir de día y estar despierto en la noche.
Y, claro, fregando la vida a los demás.
En unos de los peores instantes, el enfermo puede escapar de casa y en la noche y agarrar camino sin ton ni son y perderse.

TRES. Depre genética

Hay quienes evidencian a los depresivos reprochándoles que tienen todo para vivir dichosos y felices y al mismo tiempo, andar en el periplo existencial.
Y ni hablar. Pero ha de recordarse que la depre pega de igual manera a un pobre que a un rico. A una persona exitosa que a un fracasado. A un priista o panista que a un morenaco. A un religioso que a un ateo. A un soltero que un casado.
Más, cuando la depre es genética. Es un factor hereditario.
Desde luego, también hay depre, digamos, exterior. La vida y las circunstancias, ya se sabe. Y la piel y las neuronas y el corazón y el hígado frágiles.

CUATRO. Hasta en los niños cuaja…

Puede tenerse todo y/o tenerse poco y en una y otra persona la depre cuaja.
Tantito peor: está comprobado que de igual modo como avasalla con una persona de la sexta y séptima y octava década también ataca a los menores.
“Somos una familia depresiva” suelen exclamar algunos cuando contabilizan el número de enfermos en el hogar.
Caray, y si hay personas mayores suicidas por la depre, también niños.
El desencanto amoroso (ya se sabe) suele volverse un camino derecho, derechito, al suicidio.
Tiempo cuando llega a creerse que el amor perdido es la única mujer en el planeta y luego de ella nadie más existe.

CINCO. Ausencia laboral

La depre es tan dura y ruda que la secretaría de Trabajo y Previsión Social la considera una de las causales de la ausencia laboral.
Y por añadidura, del bajo, bajísimo rendimiento en la chamba.
Bien podría mirarse como un asunto de Estado para que en forma conjunta con los sectores empresariales y sindicales operaran programas cotidianos para animar y reanimar la vida. (lv)


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