Veracruz truculento
1 (Rafagueada discoteca en Tuxpan)
Veracruz, en el rincón más arrinconado del infierno. Y ni modo, como decía aquel, “la violencia es inevitable”. Los carteles y cartelitos, desafiando a la autoridad. “Y a tiro por viaje”.
Caso Tuxpan, hoy: Luego del motín en el penal con nueve presos muertos y diez heridos, más feminicidios y asesinatos y secuestros y desapariciones, la noche truculenta del viernes doce de septiembre, mes patrio.
Hacia las diez de la noche un comando entró a la discoteca Prestige.
Armados.
Dispuestos a exponer la vida.
Obsesionados con cumplir la orden superior.
Y en automático, apenas ubicados en posiciones claves, el rafagueo.
Todos, la clientela, a correr.
Despavoridos.
Intentando salvar la vida.
Salvarse, por ejemplo, y hasta de una bala perdida.
Un guardia fue asesinado. Blas Salazar. 61 años.
Más dos heridos.
Julio Sergio. 41 años.
César. 20 años.
La violencia, en el más elevado decibel.
Muchos hechos y cosas turbulentas y huracanadas en Veracruz.
Cadáveres decapitados.
La cabeza arrojada en el centro de la pista de una disco en el norte jarocho.
El famoso video de la profe pensionada y taxista de Álamo, Irma Hernández Cruz, arrodillada ante diez sicarios enmascarados apuntándola con R-15 y obligada a leer un documento.
Cadáveres flotando en los ríos, lagunas y el Golfo de México.
El tsunami feminicida con más de mil niños huérfanos de madre.
El bombardeo hasta con bombas molotov a negocios y casas particulares.
Las hermanas desaparecidas en Cosoleacaque.
Doce políticos asesinados.
Una periodista, la primera, ejecutada en Rodríguez Clara.
Un periodista, de Pánuco, secuestrado y desaparecido.
La vida, los días, las noches, donde ni entrando a la Basílica de Guadalupe hincados y con las manos el alto y los ojos virolos mirando el cielo y rezando puede lograrse el milagro de la pacificación.
Palabras mayores el comando armado en la disco de Tuxpan la noche del viernes patrio.
La evidencia determinante de que la autoridad no ha podido.
No puede.
Se ignora si podrá algún día, antes del Día del Juicio Final y la Resurrección de los Muertos.
Más allá del discurso somnífero, los hechos son los únicos que cuentan en la vida cotidiana. Pero más, mucho más, en las tribus políticas.
Venderán esperanzas de que habrá justicia.
Pero la justicia significa un Veracruz respirable y vivible y habitable.
Quizá la autoridad lo habrá advertido; pero, así como se mueve el viento negro, los carteles y sicarios continuarán endureciéndose mucho más.
2 (A prueba la madera de una estadista…)
Caray, gritonean que “Veracruz está de moda” y suenan y resuenan los tambores festinando a Salma Hayek y Angelina Jolie porque filmarán película en el territorio jarocho.
Viajan a Madrid que para jalar turismo español y europeo a la tierra descubierta por Hernán Cortés teniendo al lado a la políglota Malinche.
Siguen promoviendo las fiestas patronales como testimonio de que Veracruz está vivo y latiendo.
Firman convenios con gobernadores de estados limítrofes que para garantizar la seguridad en la vida y los bienes.
Lanzan el concurso estatal de bolero y las tribus políticas hasta bailan en el Teatro de la Reforma.
Y al mismo tiempo, el comando armado en la discoteca de Tuxpan rafagueando el techo, pero de igual modo, matando a un hombre y dejando heridos a dos más.
Y la clientela huyendo del infierno como pudo.
En Tuxpan, uno de los tres puertos marítimos de Veracruz con Coatzacoalcos y la ciudad jarocha y en donde los marinos han descubierto y embargado cargamentos de droga.
Veracruz, el paraíso terrenal disputado por los carteles y cartelitos.
Sicarios y pistoleros.
Malandros y malosos.
Y por desventura, lo malo, lo negro, siempre dominan por encima de lo bueno.
Es ahí donde se prueba la dimensión política de un estadista. (lv)