Un feminicidio más en el Veracruz virulento.
Y en Cosoleacaque, secuestradas y desaparecidas dos hermanas.
Una, de 16 años y la otra de 18.
Es el Veracruz de moda.
El Veracruz donde “el índice de seguridad ha bajado mucho, muchísimo”.
El Veracruz donde si por ahí se registran hechos turbulentos y huracanados de violencia son “hechos aislados”.
Así de sencillo y simple.

DOS. Asesinada en el mercado

La chica feminizada en Coatzacoalcos fue el viernes doce de septiembre.
Se llamaba Karla Martínez.
Asesinada a balazos en el acceso al mercado popular.
Frente a la central camionera.
El cadáver tendido en el piso.
Sin signos vitales.
¡Ah!, cosas de la vida, ningún testigo.
Nadie, claro, quiso hablar. “En boca cerrada no entran moscas”. Tampoco la persona se pone en evidencia. Peor aún, en la mira de los malandros.
En Cosoleacaque, dos hermanas plagiadas. Y desaparecidas.
Una, Rosa Madian Cruz Cruz. 18 años.
La otra, Alma Brihit Cruz Cruz. 16 años.
Boletinadas por la Comisión Estatal de Búsqueda.
La tarea oficial.

TRES. Ejecutada a quemarropa

He ahí el estilo personal de ejercer el poder y gobernar.
Toda vida humana es invaluable. Y por eso mismo, prioridad ha y debiera ser.
Caray, secuestrado y desaparecido el par de hermanas.
Y ni modo de anticiparse y asegurar que se las llevaron porque andaban en malos pasos.
Y la chica de 23 años asesinada a quemarropa.
Con saña, barbarie, alevosía, ventaja, premeditación y perversidad.
Y a sangre fría.
Ta’canijo, insólito, inverosímil, la degradación humana a que hemos llegado.
El gran fracaso del primer mandamiento de “Amaos los unos a los otros”.
“Haiga sido como haiga sido”.

CUATRO. Sicarios van ganando

Si el tsunami de violencia sigue recrudeciéndose significaría, a primera vista, que los malosos continúan ganando la batalla a la autoridad.
Las policías municipales y estatales.
La Guardia Nacional.
Los soldados.
Los marinos.
Será la estrategia.
Serán los golpes fallidos.
Serán que los carteles y cartelitos son más.
Incluso, mejor equipados.
Será la llamada desaparición forzada, resultante de la alianza sórdida y siniestra de los políticos, los funcionarios públicos, los jefes policiacos, los policías, los narcos, los sicarios, los pistoleros, los malosos y los malandros.
Pero… la vida es así en Veracruz.

CINCO. Panteones crecen…

Todos los días la violencia jarocha.
En los cuatro puntos cardinales.
Días más duros y rudos que otros.
Pero siempre engrosando los panteones en la entidad federativa.
Cada vez más cruces en los camposantos.
Cada vez más y más y más desaparecidos y secuestrados y muertos.
Y tanto hombres como mujeres.
¡Qué difícil es vivir! (lv)