Flaquezas humanas
**La autocrítica
**Una autopsia personal
EMBARCADERO: El filósofo francés, Jean-Paul Sartre siempre vivió pendientes de las flaquezas de la naturaleza humana... Incluso, él mismo se ponía como referencia en una especie de autocrítica... Y como expuso su pareja durante cincuenta años, Simone de Beauvoir, había en él “un caudal de salud y moral que resistió, hasta sus últimas horas, todas las embestidas”... Un día, por ejemplo, estaba mal... Y al día siguiente, era un relámpago... Una vorágine... Un tsunami lleno de vitalidad
“A Sartre le seducían la juventud y su actividad militante”…
ROMPEOLAS: Chaparrito, flaquito, feíto, poco a poco fue quedando ciego… Pero su inteligencia era incandescente y mayor su talento… Y por eso mismo, deslumbraba a las mujeres… De entrada, a sus alumnas a quienes impartía la materia de Filosofía… Vaya, llegó a tener dos Lolitas como amantes… Las dos hermanas… Más todavía: dos alumnas de Simone de Beauvoir y también hermanas se convirtieron en sus amantes… Y el cuarteto, dichoso y feliz… Es más, Sartre murió en la casa de una de las chicas… Y la chica le avisó a Beauvoir y comenzaron los preparativos del gran sepelio que desbordaría a la mitad de Francia y a la otra mitad en el sepelio…
ARRECIFES: Además de su inteligencia, su disciplina… Escribía ensayos para los periódicos… Escribía libros… Dictaba conferencias… Polemizaba con sus pares sobre temas académicos, sociales y políticos… Viajaba al otro extremo del mundo para conocer a los grandes líderes sociales y políticos que lo habían convencido de su honestidad… Por ejemplo, el viaje a Cuba para conocer y platicar con Ernesto el Che Guevara y quien lo recibiera en su despacho como ministro de Economía una madrugada hacia las tres, cuatro horas… Y a esa hora, y delante de Beauvoir, fumando puro los dos y tomando whisky y polemizando…
ESCOLLERAS: Sartre fue tan íntegro como intelectual que rechazó el Nobel de Literatura… Es más, entró en polémica dura y ruda con su gran examigo, Albert Camus y quien aceptara el Nobel… La punta del iceberg ideológico era José Stalin… Sartre convencido de Stalin, su fan, de igual modo como en momento estelar lo fueron Máximo Gorki y Pablo Neruda… En tanto, Camus rechazando a Stalin… Y ni hablar, aquella amistad y relación intelectual tan admirable y respetable tronó y se fue por las cañerías…
PLAZOLETA: Con todo, la insólita vitalidad de Sartre para vivir… Y soñar… Y luchar… Sin dar tregua a nada ni a nadie… Incluso, sobreponiéndose a una enfermedad… Y rechazando “a la mayoría de los políticos, sobre todo los comunistas” y prefiriendo pasar muchas horas en plática y debate con Simone de Beauvoir… “Tú eres más inteligente y libre que todos ellos” le decía… Ellos vivieron juntos cincuenta años… Pero siempre, y como regla, el amor libre… Cada uno con el legítimo derecho a tener amantes… En el caso de Simone, tanto hombres como mujeres… (lv)