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**Adicto, Octavio Paz
**Se aprende a leer
EMBARCADERO: Pocos lo saben, pero Octavio Paz Lozano, el único mexicano Nobel de Literatura, miraba y admiraba la serie televisiva de “Los Simpson”... Incluso, acompañado de su segunda esposa, Marie-Jose... “Son una delicia” aseguraba... Por eso, quizá, en el pueblo de Veracruz, un señor tenía un tendajón en el mercado y cada semana, los viernes, exhibía el mayor número de comics
Y los chicos de la escuela primaria y secundaria creaban y recreaban una romería para leer el mayor número posible…
ROMPEOLAS: El señor los alquilaba a precios baratos… Incluso, generoso, consciente de la situación económica de los padres, permitía que un par de chicos pagara el alquiler y al mismo tiempo, lo leyeran… Vaya, allí montón de estudiantes del primer año de la escuela primaria aprendieron a leer… Y por añadidura, a escribir… Pero más, mucho más, a inventar historias… Y a llenar las neuronas y el corazón de historias insólitas… Desde luego, el comic más buscado era el de Superman… Seguido por Batman y Robin… Y por “La chica maravilla”… Todavía faltaban años para el lanzamiento de “El hombre araña” en el mercado norteamericano y mexicano…
ARRECIFES: La disputa de todos para leer primero a La Pequeña Lulú y sus amigos… Y a Charlie y sus amigos… Luego, el más codiciado era Memín Pinguín… Y la locura cuando apareció Rarotonga, la mulata más exquisita de la historia con el sabroso bamboleo de sus caderas trepidantes caminando a orilla del río… Y con una sonrisa gigantesca en los labios finos y gruesos… El Llanero Solitario y Toro se quedaba, digamos, para el sábado en la mañana… Y/o el domingo temprano antes de asistir a misa y a la estación del tren para desayunar las famosas garnachas en la ruta del Ferrocarril Mexicano del Puerto de Veracruz al viejo Distrito Federal y con escala en Soledad de Doblado…
ESCOLLERAS: Todavía faltaba mucho para el desarrollo exponencial de la televisión… Y de las teles baratitas… Una que otra familia las tenía en el pueblo… Pero un lujo negado a los demás… Por eso el gran éxito de los comics y que cada viernes era repetido como escuchar misa en el templo católico y con toda la devoción religiosa del planeta… Caray, en la República Dominicana, el comic de Memín Pinguín fue adoptado como libro de texto gratuito…
PLAZOLETA: Aquellos comics pasaron a la historia… Ahora, y por ventura, otros son los nombres inundando y satisfaciendo el mercado… Y, bueno, haber sido (y ser) fans de los comics significa una bendición superior porque en verdad, en verdad, en verdad, son más efectivos que todo el sistema educativo para enseñar a leer, escribir, contar historias y cavilar… Y de paso, aprender a desarrollar los más altos sentimientos de solidaridad… Y hasta de resentimiento… Y que en todo caso forma parte de la naturaleza humana… (lv)