Penales cateados
**Buscan droga...
**¿Y el cogobierno?
ESCALERAS: El gobierno del Estado anda con lupa rastreando ilícitos en los penales de Veracruz. Luego, claro, de “ahogado el niño” en el reclusorio de Tuxpan con el mitin donde se registraron nueve presos fallecidos más diez heridos.
Más el asesinato del director del penal de La Toma, en Amatlán.
Entonces, la feroz persecución de baches negros en cada CERESO.
En Tuxpan, por ejemplo, encontraron droga y objetos punzantes.
En Poza Rica, otro rastreo. Con la misma resultante.
En el fondo, el gravísimo pendiente como una pesadilla y maldición.
El cogobierno.
Una parte de la autoridad ejercida por el Estado, a través de la dirección de Prevención y Readaptación Social y que, bueno, la mitad del mundo y la otra mitad lo sabe, ni es prevención ni es readaptación.
PASAMANOS: Y la parte, los presos, digamos, de la delincuencia organizada y común, como jefes máximos.
Los meros meros, incluso, en algunos penales como reza el trascendido.
Insólito, por ejemplo, el motín en Tuxpan.
Más, porque llevamos nueve meses del sexenio actual y nunca en nueve meses la autoridad lo advirtió.
Tampoco, claro, lo ha registrado en otros reclusorios.
Los carteles gobernando en los penales de Veracruz, igual, igualito, como en el resto de las entidades federativas.
Por encima de todo, ya se sabe, “Veracruz está de moda”.
CORREDORES: Es ahí, pues, donde ha de centrarse y concentrarse el operativo del Gobierno del Estado.
Más, cuando, por ejemplo, cacarean “la honestidad valiente y la purificación moral”.
Nada puede esperarse (claro, van muchos sexenios) cuando en un penal cogobiernan los carteles y cartelitos, sicarios y pistoleros, malosos y malandros.
Vaya, hasta filmes cinematográficos exponiendo el tema existen y de sobra.
BALCONES: Además, la fama pública de que los penales significan una especie de universidad criminalística donde los presos pueden cursar maestrías y doctorados del bajo mundo.
Y volverse peores, mucho peores, que Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, y/o Ismael El Mayo Zambada.
Incluso, peores que Al Capone.
Escuelas del crimen, vaya.
La fama de que en muchos penales los sicarios presos de carteles operan los secuestros desde el interior de los reclusorios a través del celular.
Y hasta que en las noches, las madrugadas, suelen salir del penal para sus fechorías y regresar en la madrugada antes del pase de lista y quedar ultra contra súper blindados ante los enemigos tras las rejas de la prisión.
PASILLOS: Podrán los medios atosigarse de boletines anunciando cateos en uno que otro penal, más de veinte en el Estado jarocho.
Podrán cacarear que han descubierto, ajá (y como si fuera noticia de ocho columnas), paquetes de droga.
Y armas punzocortantes.
Pero, bueno, y como en el boletín está omitido, se ignora si la purificación de la vida penitenciaria iniciada luego del motín fatídico en Tuxpan incluye el principio del fin del cogobierno.
Todo lo demás boletinado significaría hacer limpieza a medias y esconder la basura debajo de los muebles.
Cambiar, como Lampedusa, para seguir igual.
O peor con “la tomadura de pelo”. (lv)