Treparon.
Y sin más, sin cruzar palabras, se fueron derecho, derechito contra una pareja.
Mataron a la mujer.
Un feminicidio más.
Dejaron herido al hombre.
Y delante de los pasajeros.
Y mostrando el puño y las bíceps de que ellos mandan.
Ellos gobiernan.
Ellos imponen la agenda setting.
Y se creen dueños de Veracruz porque así el territorio jarocho está (esté) escurriendo sangre y cadáveres flotando, incluso, hasta en los ríos, lagunas y el Golfo de México, nada pasa.
Y como nada pasa… “crecen al castigo”.
Y continúan haciendo de las suyas.
Un feminicidio más en tarde dominical cuando en la ciudad jarocha, la presidenta de la república era aclamada con miles y miles de admiradores, sobre todo mujeres, todas vestidas de blanco.
Veracruz, en el primer lugar nacional en feminicidios y que así lo instaurara el ex Cuitláhuac García.
Más de mil niños huérfanos.
Parejas viudas.
Nada de sicosis ni inventos mediáticos ni menos, mucho menos, y como cacarean, “hechos aislados”.
El feminicidio como un eje constante de la muerte.
El radar de los sicarios y malosos y machitos en contra de las mujeres.
Con el gobernador Teodoro A. Dehesa, el eje de la muerte en los trescientos obreros textiles de Río Blanco en huelga.
Con Luis Mier y Terán, el asesinato de nueve jarochos sublevados a una reelección más del dictador Porfirio Díaz Mori.
Con Agustín Silvestre Acosta con su “Sonora Matancera”, cincuenta mil pesos cobraban los pistoleros por matar personas.
Con Javier Duarte, Veracruz, convertido “en el peor rincón del mundo para el gremio reporteril” y que se ubica en la Franja de Gaza.
Cuitláhuac García encumbró a Veracruz en el ranking nacional de feminicidios.
Y ahí nos mantenemos.

2 (Crímenes con testigos)

Se insiste: los malos están asesinando delante de testigos.
Multiplicando el terror, el miedo y “el miedo al miedo”.
Crear una sicosis de dimensiones sociales incalculables.
La vida en Veracruz, a la orilla del pánico.
Incluso, hasta “llegar a ver moros con tranchetes”.
Seres extraterrestres invadiendo el territorio jarocho.
Todo, por la excesiva impunidad.
Los carteles saben que cometen desmanes y nada pasa.
Es más, imponiendo la regla setting y obligando a la autoridad a seguirlos.
Veracruz, en el desquiciamiento policíaco, social y político.
Con todo y las faramallas populistas y dicharacheras de la política.
Inverosímil: treparte a un autobús de pasajeros y matar así nomás a una mujer y dejar herido al hombre, su pareja.
Luego, huir como jugando a las escondiditas en su casa.
¡Ya parece que los malandros habrían actuado así en el par de años del capitán Fernando Gutiérrez Barrios como gobernador!
La mano firme en la limpieza étnica de carteles y cartelitos, sicarios y pistoleros, malosos y malandros en el Veracruz de 1986 y 1987.
En los primeros cuarenta días, don Fernando pacificó Veracruz y acabó con “La Sonora Matancera”.
Ahora, van nueve meses y nueve días…

3 (Más asesinados ante testigos)

Otros casos de asesinados delante de testigos:
Cerro Azul. Colonia “La curva”. Ejecutado el ciber “Emmanuel”. A balazos. Hacia las 13 horas.
Omealca. Asesinado a plomazos un obrero. En la tienda “La flor de Omealca”. Doce horas con 20 minutos del domingo 7 de septiembre.
Tlalixcoyan, en congregación de Piedras Negras. Hombre apuñalado. Cerca del mercado. Que rencillas entre los adversarios.
La vida, como es. Turbulenta. Huracanada. Vertiginosa. Sórdida. Y siniestra.
Claro, “Veracruz de moda”.
Con todo y que las tribus políticas alardeen que “vamos a estar mejor”.
Ta’guena la subasta de esperanzas baratas, ramplonas, demagógicas y populacheras.
La realidad como es. “Al rojo vivo”.
“¡Queremos paz, queremos paz!” gritonearon en marcha dominical en Culiacán, Sinaloa. (lv)