Indicativo y significativo cuando en los últimos nueve meses del nuevo sexenio once, doce políticos han sido asesinados.
Y todos, en la impunidad.
En el mes de julio, la edil de Sochiapan sufrió el primer atentado. Y salió ilesa.
Ahora, el viernes 5 de septiembre, el segundo.
Sabrá el chamán si existan razones de peso y con peso.

DOS. Efectiva escolta de la política

La alcaldesa salió de la oficina en un automóvil Attitude camino a casa.
Pero en el arco de bienvenida a Sochiapan fue tiroteada.
Unos desconocidos en una camioneta color blanco dispararon en su contra.
Ella, ilesa, con todo y unos veinte impactos de bala en la unidad.
Un agresor perdió la vida.
La escolta de la presidenta municipal fue más efectiva.
Ta’cañón.
En el palenque político han de preguntarse las razones para dos atentados en contra de la autoridad municipal.
Y más, mucho más porque es mujer.
En el caso de los once, doce políticos asesinados, todos hombres.
Y en ningún caso, desde el 9 de diciembre, 2024, el crimen del diputado federal, Benito Aguas, los argumentos para quitar la vida a otras personas.

TRES. Edil habría pisado callos…

Nadie pensaría que la conspiración para acabar con la vida de la alcaldesa se debe, por ejemplo, a su militancia priista.
Menos a las pasiones partidistas entre tricolores con la fama tan pesada del siglo pasado.
Digamos, tribus priistas resentidas por la derrota en las urnas en la elección municipal.
Sin suda, y como hipótesis primaria y universal, la presidenta municipal “ha pisado los callos” de adversarios, opositores y enemigos.
Acaso enfrentando a los malosos.
Sería un agravio sentir que de por medio se le atravesaron tribus moradas y guindas porque ella ganó en las urnas.
A estas alturas, y luego de par de atentados, la verdad, “la cruda verdad” necesita exponerse.
Antes, mucho antes de un tercer atentando, incluso, como “la crónica de una muerte anunciada”.

CUATRO. Pueblo en el infierno

Santiago Sochiapan está en el sur de Veracruz. Colinda con Playa Vicente. Y con dos pueblos de Oaxaca. San Juan Lalana y Santiago Xocotepec.
En el pueblo domina y predomina el lenguaje zapoteco. Pero también hay chinantecos y mixes.
En el año dos mil estaba habitado por 3,800 habitantes.
En el año 2010, doce mil 409.
Y en el año 2020, último censo, 13 mil 62 habitantes.
Casi casi como en una que otra colonia popular del municipio jarocho. Y/o de Xalapa.
Allí, la alcaldesa ha vivido y padecido par de atentados.

CINCO. Impunidad ensortijada

La enseñanza histórica es así: Con el gobernador Jorge Cerdán, 1940, la banda del cacique y latifundista, Manuel Parra, “La mano negra” empezó a matar a uno y otro y otro ejidatario en aquella lucha por la posesión de la tierra.
Y como ninguna autoridad puso un alto asesinaron a cuarenta mil en la década.
Con Javier Duarte, asesinaron al primero y al segundo y al tercer trabajador de la información y como nada pasaba, diecinueve fueron las víctimas más tres desaparecidos.
Con Cuitláhuac García, ejecutaron el primero y el segundo y el tercer feminicidio y Veracruz ocupó el primer lugar nacional.
Ahora, van once, doce políticos asesinados.
Y en dos ocasiones el atentado a la alcaldesa de Santiago Sochiapan.
Y nada parece ocurrir.
Así van ensortijándose los días y noches de impunidad. (lv)