Cadalso del rector de la U.V.
**Gran marcha en contra
**Nunca, caray...
ESCALERAS: Impacta, avasalla, la gran lucha académica, social y política de un trío de exrectores de la Universidad Veracruzana con un solo objetivo: Tumbar de la rectoría al rector posgraduado en la Sorbona, Martín Aguilar Sánchez.
Ahora cuando la mini Junta de Gobierno, integrada (entonces) por siete miembros le otorgó la famosa prórroga para repetir cuatro años más.
Los doctores Sara Ladrón de Guevara, el siempre digno Raúl Arias Lovillo y Víctor Arredondo Álvarez, firmes, inalterables, y apegados a la ley.
Incluso, al frente del bloque a Martín Aguilar para rendir el cuarto informe. Y, obligado, ni modo, a cambiar de sede.
PASAMANOS: Nunca en la historia de la UV una aguerrida y feroz batalla y hasta guerra por la legalidad.
Incluso, hasta formada está ya la “Red Universidad Veracruzana por la Legalidad”.
Y desde la “Red por la Legalidad”, los hechos como son:
Uno:
El Consejo Universitario puede tirar al rector y a la mini Junta de Gobierno.
El Consejo Universitario integrado por los representantes de todas y cada una de las más de setenta facultades de la UV.
Dos:
El Consejo Universitario puede desconocer la prórroga de la mini Junta de Gobierno.
Tres:
Pero mucho más, el Consejo Universitario puede deshacer la mini Junta de Gobierno, ahora con los nueve miembros tradicionales.
Y hasta donde se entiende si bien se entiende, los nuevos miembros de la mini Junta de Gobierno propuestos y aprobados por Martín Aguilar.
Y, claro, para tenerlos de su lado.
CORREDORES: Cuatro:
Esta semana la más gigantesca marcha anunciada contra Martín Aguilar en Xalapa.
Una marcha con académicos y estudiantes. Incluso, quizá, hasta con burócratas.
Y sin duda, hasta padres de familia.
Y ciudadanos libres, independientes y autónomos de Xalapa.
El doctor Víctor Arredondo Álvarez, secretario de Educación con el góber Fidel Herrera Beltrán, endilgó un adjetivo calificativo a Martín Aguilar.
“Es un tramposo”.
El tramposo… graduado en la Sorbona, quizá, en aquel tiempo del movimiento estudiantil del 68 iniciado en París y luego multiplicado en Checoslovaquia, Estados Unidos y México.
BALCONES: Con tanta oposición…
Y con tanto rechazo, incluso, caray, de tres exrectores. Los tres, doctores. Los tres, formados en la administración pública. Los tres fueron académicos en la máxima casa de estudios…
Y con tanto alumnos, caray, hasta tomando facultades y en contra como, por ejemplo, la facultad de Sicología de Xalapa…
Y con tanta fama de inteligencia incandescente y talento de Aguilar Sánchez…
Resulta inverosímil, insólito, que más allá de uno que otro amparo ganado y en contra de la prórroga de la mini Junta de Gobierno…
El experto en el estudio y la investigación de movimientos sociales en Veracruz y desde la UV, Martín Aguilar Sánchez, esté aferrado a la silla embrujada de las Lomas del Estadio.
Casi casi como aquellos políticos para quienes el placer del poder público es más fascinante que el placer femenino.
PASILLOS: De hecho, el (todavía) rector, como el general y rey griego, Pirro de Epiro, en la batalla de Asculum en el año 279 antes de Cristo y en donde perdió a los hombres más valiosos de su ejército y exclamó: “Otra victoria como está y estaremos perdidos”.
Por lo pronto, Martín Aguilar Sánchez en el descrédito y el desprestigio académico, moral, social, político y legal.
Bien lo observó Eufemio Zapata, el hermano menor del caudillo del sur, Emiliano, cuando asegurara que la silla política suele enloquecer a todos y hasta los hace levitar.
Lo decía Calígula: “Hay días cuando me siento dios”.
El dios de las Lomas del Estadio de Xalapa.
¡El poder! (lv)