Y cuando Kelly Le Brock pasa por el respiradero, la falda se levanta… Y ella siente el viento en sus piernas y caderas…

ROMPEOLAS: Entonces, camina unos pasos adelante… Pero de seguro se acuerda de Marilyn Monroe y regresa para encarnar en ella en ese respiradero… Y ella bailotea… Y sonríe dichosa y feliz… La falda revoloteando en el aire mientras Gene Wilder la observa desde el asiento de su automóvil… El deseo le ha picado como la peor droga de la vida… Después, sus caminos se cruzan cuando ella ha sido contratada como modelo para una campaña en la agencia publicitaria donde él trabaja como creativo…

ARRECIFES: Logra averiguar que ella suele montar a caballo como ejercicio deportivo… Y se anota en el club… Y luego de la insistencia y el acoso logra la primera cita… En un restaurante al día siguiente… Y cuando Wilder llega a la cita le hablan por teléfono… Es Kelly, la modelo quien le informa está en Los Ángeles… Y una disculpa… Y frustrada la primera tentativa lo invita a viajar a Los Ángeles para “pasar juntos la noche”… El hace maravillas en casa con la esposa y dos hijas y viaja a la búsqueda de ella…

ESCOLLERAS: Pero en Los Ángeles hay neblina y los aviones son desviados… Y ni modo, la segunda cita otra vez frustrada… Un día antes del cumpleaños de él, fiesta sorpresa en casa de la abuela… Wilder invita a Kell y se topan con que ahí le esperan su esposa y sus hijas y la abuela… Y Wilder queda en el hazmerreír… Pero, cosas de las modelos, ella queda más prendida y subyugada… Y a través de los amigos cómplices lo invita a una sesión nocturna de modelaje… Y luego, a dormir juntos en su departamento…

PLAZOLETA: Y cuando están en el depa, desnudos en el tálamo, y ella le dice al oído “Ataca, vaquero, tú que tanto tiempo has esperado”, suena el timbre… Es el marido de ella… Un grandulón… Piloto aviador… Y ni hablar, la tercera tentativa del deseo y la pasión quedan frustradas… Gene Wilder se pone la bata del esposo y ella lo convence de sentarse en el quicio del quinto piso donde viven y de cara a la calle… Y un transeúnte pasa y lo mira y le entra el pavor… Y habla a los bomberos y a la policía para el rescate… Y Gene Wilder termina en el noticiero televisivo donde un reportero dice que ignoran si el hombre aquel deseaba suicidarse… En casa, la esposa y las hijas miran aterrorizadas el noticiero… Todo, por andar de faldero con aquella chica deliciosa… (Está en Prime)… Pero, bueno, Mario Vargas Llosa, Nobel de Literatura, siempre aseguraba que la vida es bella cuando se vive como una aventura relampagueante… (lv)