Pero como artista es una lumbrera… Queda probado y comprobado entre otros filmes en la película “Maigret y la joven muerta”…

ROMPEOLAS: Interpreta a un detective policiaco en la plenitud de la experiencia… Además, con un peso excesivo… Y Rotoplas, caminando siempre pian pianito… Despacio… Lento… Por ejemplo, trepando los peldaños de una escalera paso a pasito… Y sosteniéndose en el barandal… Y al mismo tiempo, siguiendo la pista del crimen de una chica provinciana en París soñando con ser artista… Y desaparecida y asesinada luego de una fiesta en una mansión de familia pudiente… Está en Prime y de gratis…

ARRECIFES: De la nada, sin ningún dato concreto y específico de por medio, Depardieu va descifrando la punta del iceberg… Un simple datito (la fiesta en la mansión) le sirve para brincar a otro hecho… Y cuando un testigo por ahí le platica que la chica era pobre y vivía en un departamento muy pobre y esa noche vestía ropa de lujo, busca mayor información, incluso, en las tiendas de ropa VIP… Y preguntando llega a la diseñadora donde la ropita fue alquilada… Y allí logra la dirección del apartamento de la chica… Y va al lugar de los hechos… Indicativo y significativo, rastrea pistas siempre solo… Sin ningún policía… Sin otro detective… Sin un subalterno, jefazo que es en la comandancia…

ESCOLLERAS: En casa vive con su esposa… Sin hijos… Sin un perrito de mascota… Y siempre leyendo el periódico para estar informado y buscando pistas… Y va a la mansión aquella de la fiestecita… Una y otra y otra vez… Hasta que con el hábil interrogatorio descubre que la señora de la casa mató a la chica a cuchilladas… Y con el cuchillo cebollero de casa… Además, que su hijo era un sicópata y su nuera también… Y entre ambos seducían a chicas aldeanas llegadas a París y las compartían… Y se filmaban… Oro molido las filmaciones pornográficas a las que accede…

PLAZOLETA: Gran papelazo de Gérard Depardieu… Entre tantas otras películas… Pero ni hablar, la fiebre sexual avasalló su naturaleza humana e incidió en las tentaciones corpóreas… El deseo (queda claro) es canijo… Muy canijo… Se recuerda, por ejemplo, la historia de aquel chico universitario seducido por las piernas de una compañera… Y todos los días, en la hora de clase, se la pasaba mirando y admirando sus piernas en vez de escuchar al profe… Y una mañana tibia y fresca, el estudiante se levantó del asiento y se fue a las piernas de las chicas y como un loco las empezó a besar delante de todos… Y ante los gritos de la muchacha… Y, claro, fue expulsado… (lv)