Abogado de la 4T.
Por ejemplo, dijo: “Lo peor (en materia de desaparecidos) ya pasó”.
Entonces, arremetió contra Fidel Herrera Beltrán, quien en paz descanse.
Tiempo aquel cuando Fidel lanzó a tres diputadas locales en su contra en una rueda de prensa en el café La Parroquia, de la ciudad jarocha, en la avenida 16 de septiembre.
Viejas heridas.
Pero el mismito día, la activista de la ONG Red Lupa, Anaís Palacios, le reviró.
Ella fue concreta y específica teniendo, incluso, “más que los pelos de la burra en la mano, la burra completa”:
Los desaparecidos se han duplicado en el territorio jarocho.
En el año 2024, 449 (cuatrocientos cuarenta y nueve) personas secuestradas y desaparecidos.
Este año, y de los meses de enero a mayo, 991 (novecientos noventa y uno) desaparecidos.
En total, y al momento, 6 mil 529 (quinientos veintinueve) personas plagiadas, levantadas, desaparecidas, y de las que ninguna pista, ningún rastro, ninguna señal, tienen los Colectivos, integrados con padres con hijos y parientes desaparecidos.
Ni tampoco ninguna señal con los familiares.
El Veracruz de Solalinde, abalado, digamos, por la señora Aracely Salcedo, la única que encaró a Javier Duarte en Orizaba en una girita.
El Veracruz de Anaís Palacios.
Indicativo y significativo.
Antes, mucho antes, Solalinde, el gran crítico y denostador de las tribus políticas.
Ahora, Solalinde, la Juana de Arco, la Josefa Ortiz de Domínguez, de la 4T.
Para eso regresó el curita.
La 4T lo necesita en la calle y en los pueblos. En los caminos y carreteras.
Dándose “bañito de pueblo” con las ONG.
¡Jodidos los migrantes!
¡Jodidos los desaparecidos!
¡Jodidos los familiares!
El hijito del cura José María Morelos (tan admirado por Napoleón Bonaparte), Juan Nepomuceno Belmonte, procreado con su trabajadora doméstica, su amante, terminó de cabildero de Maximiliano de Habsburgo.
Solalinde, seducido por las mujeres y los hombres del obradorismo.

2 (Jodidos necesitan un activista y un vocero)

Todas las víctimas sociales necesitan un activista y un jefe de prensa.
Los familiares de los secuestrados y desaparecidos.
Los familiares de las mujeres feminizadas.
La familia de los niños, jóvenes y hombres asesinados.
Las familias de los Colectivos buscando a los hijos y parientes desaparecidos.
Los migrantes.
La población en la miseria, la pobreza, la jodidez, el desempleo, el subempleo y los salarios pichurrientos.
Los niños con cáncer.
Los enfermos de SIDA.
Los enfermos de Alzheimer y Parkinson.
Un tiempo de su vida, ¡hosanna, hosanna!, Solalinde lo fue.
Ahora, está en el lado de los políticos que de izquierda encumbrados.
Lo cantó José José: “Lo que un día fue… no será”.
Lo escribió Pablo Neruda en el poema XX: “Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos”.
El Jesucristo de Solalinde en ningún momento es el de las mayorías.

3 (El nuevo Solalinde)

En Orizaba, el Sermón de la Montaña de Solalinde.
Uno:
“Tengan confianza en el gobierno que ahora sí trabaja” pidió a las madres del Colectivo.
Y ojalá, ojalá, ojalá, Dm, le paguen su cabildeo como secretario de Estado.
Dos:
“Hay desaparecidos, pero no son más que en tiempos pasados”.
Tres:
A los Colectivos y familiares de mujeres feminizadas “los han utilizado”.
El nuevo Solalinde.
¡Hosanna, hosanna! (lv)