cambian… En todos casos, la posibilidad se hace y rehace… Y, claro, nunca se termina…. Es un hacer constante… Reciclado, incluso, en cada amanecer…

ROMPEOLAS: Bien podría anotarse que en tales posibilidades la vida suele irse… Y a veces (ni modo) por las cañerías… Por eso, bienaventurados los matrimonios y los amigos y las religiones de toda la vida… Por ejemplo, una señora de la sexta década ha cambiado de religión en cinco ocasiones… Ninguna, parece, le queda a la medida porque ella tiene un carácter duro y rudo, difícil y huraño… Posesiva y manipuladora, siempre argumenta tener la razón… Entonces, cree que pasándose de una religión a otra puede mejorar su naturaleza humana…

ARRECIFES: En el caso de los amigos, la realidad es más crujiente… Por ejemplo, de acuerdo con el sicólogo y el sociólogo del barrio unos son los amigos en la infancia, digamos, la escuela primaria… Otros, en la secundaria… Otros, en el bachillerato… Otros, en la universidad… Otros, en el empleo, la chamba, el trabajo, el taller, la fábrica, la industria y la oficina… La vida es así y por eso mismo, otra vez bienaventurados quienes tienen amigos “a prueba de bomba”… Y desde la escuela primaria, digamos, cuando entre las partes domina y predomina la inteligencia, la tolerancia y la prudencia… Y el desinterés…

ESCOLLERAS: Los matrimonios estables de igual modo están de capa caída… Como resbalando en ladera pronunciada camino derecho, derechito, al infierno… En el Registro Civil llevan la estadística… Son más los divorcios que las bodas… Por lo general, porque la infidelidad se atraviesa… Y, cierto, los hombre son infieles… Pero también las mujeres… Más en el inmaculado y sacrosanto tiempo de la liberación femenina… En todo caso, floreciendo en forma paralela los maridos con amantes para lograr el equilibrio conyugal… Y así, llegar a casa dichoso y feliz a mirar la tele con los niños y con la pareja…

PLAZOLETA: Con todo, nada de que sorprenderse pues es la naturaleza humana… Llena de amor y desamor… Alegría y tristeza… Confianza y desconfianza… Certidumbres y dudas y sospechas… Empujar la carreta, aunque la carreta esté llena de más hiel que miel… El viejito del barrio está convencido de que todos los días la relación humana inicia de cero… Y en las horas del día y de parte de la noche como los albañiles se van pegando ladrillos para construir un día bello… Y una mejor noche… (lv)