En el palenque público, los doctores cobrando la mayoría un mínimo de mil pesos… Los hay, claro, de mil doscientos… Mil trescientos… Un médico especializado cobra mil quinientos pesos en la zona conurbada Veracruz y Boca del Río y, sin duda, en otras demarcaciones municipales de Veracruz…

ROMPEOLAS: Claro, claro, claro, dirá un paciente viviendo en la Ciudad de México y en donde un ginecólogo suele cobrar, ni más ni menos, dos mil quinientos pesos de consultita… Se antoja, entonces, creer, sentir, percibir, cavilar, que cada médico aumenta el precio de la consulta “a sabio entender”… Más, considerando que de acuerdo con la ley corresponde a la secretaría de Salud federal determinar el precio de la consulta… Pero, bueno, también hay asociaciones nacionales de médicos defendiendo, digamos, legítimos derechos… Y cada uno cobra a su antojo y según, digamos, su fama pública…

ARRECIFES: Más, mucho más, cuando una cantidad extraordinaria de médicos han renunciando a su tiempo y espacio laboral en las instituciones hospitalarias oficiales… Entre otras razones, porque la escasez de medicinas obligando a los pacientes, legítimos derechohabientes, a comprarlas… Segundo, porque los atosigan con exceso de consultas en la jornada laboral… Y, tercero, porque caminan los años y con frecuencia, sin un incremento salarial para ellos…

ESCOLLERAS: Entonces, renunciando al hospital público se entregan al consultorio privado… Y ahí, establecen su ley… Y el silencio oficial para regular el precio de las consultas resulta impresionante… Simplemente, un abuso… Un abuso, por ejemplo, ante la jodidez salarial de la mayoría poblacional… Y un abuso por el incremento exorbitante en el precio de las medicinas, la más jodida, una cajita con treinta pastillitas, mil pesos… Y un abuso, ante la miseria, la pobreza y la jodidez de la mayoría… Indígenas… Campesinos… Obreros… Clase media baja y clase media media… Y ni hablar, en aquel mundo a curarse con yerbitas y remedios caseros…

PLAZOLETA: Ta’cañón… Más, por ejemplo, en la población senil… Sesenta, setenta, ochenta años de edad, promedio… Y peor, cuando la mayoría de las pensiones oscilan entre tres y cinco y seis mil pesos… Una receta de los médicos llega a cotizarse hasta en cinco mil pesos de acuerdo con el número de medicamentos… Además, caray, medicinas que apenas, apenitas, alivian por 24 horas, el término promedio de su eficacia y eficiencia… Entonces, una visita al médico sale entre 7,500 (siete mil quinientos) pesos… O más… Y cada treinta días… ¡Vaya calidad de vida del grueso poblacional!... ¡Ay, aquella farsa demagógica de que al final del obradorismo tendríamos una medicina de primer mundo!... ¡Vaya farsantes sexenales!... (lv)