Tríos inevitables
**Estar con la pareja...
**Y pensar en otra...
UNO. Dueto de tres...
El viejito del barrio (quien “más sabe por viejo que por diablo”) asegura que un matrimonio se arruina cuando se atraviesan el hastío y el aburrimiento.
Pero de igual manera, por otra razón de peso y con peso.
La siguiente: cuando la pareja está haciendo el amor y cada uno, quizá solo uno, piensa en otra persona.
Así, en un matrimonio, en una pareja, suelen existir tres personas.
Un trío manifiesto unas veces. Y lo peor, un trío imaginario, soñado, deseado, fantaseado.
Y por lo regular, la pareja piensa en otra (en otro) cuando de pronto en su imaginación erótica aparece el recuerdo, digamos, del primer deseo, la primera tentación, la primera experiencia carnal, el primer amor.
DOS. “Éramos tres en el matrimonio”
Incluso, el viejito del barrio evoca la película “Diana, princesa de Gales”, con la actriz Naomi Watts.
Tres años después de que el Rey Juan Carlos agarró camino a la casa de Camila, su noviecita, Diana soltó la bomba cuando la prensa la interrogaba sobre su relación fallida con el Rey.
“Éramos tres en el matrimonio” dice.
Y es que Juan Carlos siempre vivió con el recuerdo y la nostalgia y el deseo frenético por Camila hasta cuando de plano se pudo abandonó a Diana y se fue con ella.
En todo caso, caray, la historia de la vida. Y de la mayoría de las parejas.
TRES. Ella buscó un consuelo
Separada de su Rey, con el par de hijos expropiados por el Rey, sola en su mansión, la princesa “Di” (de Diana y que así la llamaba el primero y el segundo círculo del poder amical) buscó un amor paralelo.
Y lo descubrió una tarde en una visita a un hospital y en un médico paquistaní.
Y obsesionada con curarse la soledad de las neuronas y la soledad del corazón y la soledad del deseo, lo sedujo.
CUATRO. Condiciones adversas
Tiempo después soñaban con casarse.
Pero el mundo, mejor dicho, las circunstancias se oponían, eran adversas.
Diana, divorciada, con dos hijos y católica.
El médico paquistaní, soltero, sin hijos y musulmán.
Entonces, su señora madre de opuso al matrimonio y Diana quedó otra vez sola.
Halló consuelo con un magnate árabe propietario, entre otras cositas, de un yate y un avión ejecutivo.
Pero como se sabe, una noche en París, después de cenar, los paparazzi persiguieron el automóvil del magnate y el chofer perdió el equilibrio y chocaron y Diana murió.
CINCO. Sucede en las mejores parejas…
La princesa Diana heredó gran lección de vida amorosa y pasional.
“Eramos tres en el matrimonio” dijo.
El viejito del barrio coincide en su sabiduría.
Llega un momento cuando, por ejemplo, uno de los dos en la pareja matrimonial, y/o los dos, hacen el sexo y al mismo tiempo, en la mente y en la imaginación piensan y sueñan con otra persona.
Y como dice el otro viejito del barrio, “sucede hasta en las mejores familias”. (lv)