PASAMANOS: En Veracruz únicamente han crecido y de manera exponencial los balazos y los muertos y los panteones.
El compositor de Paquita la del barrio se está tardando demasiado para escribir el nuevo himno de Veracruz alrededor de un epicentro concreto y específico.
Veracruz, la patria de los muertos.
El paraíso convertido en un infierno, el cielo incendiado con tanta incertidumbre y zozobra.
En la mañana, al mediodía, en la tarde, en la noche, la superficie jarocha se va poblando de fantasmas reales.
Los muertos “gozando de cabal salud” en el reino de los vivos.
Desde hace años, la creación de empleos y la mejor calidad de vida rebasada por los panteones y las visitas de los deudos al cementerio para llevar flores y veladoras y rezar el rosario.

CORREDORES: Un día en Veracruz, por ejemplo, el viernes 6 de junio:
En Acayucan, dos hombres ejecutados en el interior de una vivienda.
Los mataron a plomazos intituló Notiver en nota de Federico García.
Una de las víctimas todavía pudo caminar y enlodó la banqueta de sangre.
Pero metros adelante cayó sin vida.

BALCONES: En Martínez de la Torre, un comprador de limón fue asesinado.
Le metieron un solo balazo. En la cabeza.
Y el cadáver fue arrojado en un camino rural y unos jornaleros, rumbo a su chamba en el surco, lo detectaron.
Y de ñapa, nomás para expresar la calidad profesional de la policía en Veracruz, capturado un poli dado de baja acusado de desaparición forzada.
El detenido, José Guadalupe S. V, acusado de desaparecer a Carlos David Bautista López en el mes de septiembre del año 2015.
Y en alianza, sociedad y compañía de otros policías todavía prófugos.
Fue en el quinto año del sexenio de Javier Duarte, quien sigue viviendo en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México acusado de otros delitos menos de desaparición forzada en su viaje gubernamental.
Tiempo aquel (ya se sabe) de cuando en “Veracruz no pasaba nada”.

PASILLOS: Caray, allá donde Nahle ha revelado que el Ayuntamiento (en manos de un ex beisbolista morenaco) está filtrado por los narcos, unos sicarios rafaguearon una patrulla municipal.
La noche del viernes. Alrededor de las veinte horas. En el fraccionamiento Las Palmas. Frente a una escuela secundaria.
Así, caminan y trotan los días en el Veracruz incendiado y encendido.
Y solo resta cuidarse cada uno y cuidar a la familia.
Desde el sexenio de Javier Duarte, Veracruz terminó de joderse. (lv)