Él, director editorial de un noticiero televisivo, enseña las primeras y las segundas y las terceras letras del oficio reporteril a una novata soñando con contar historias como es la actriz Michelle Pfeiffer.
De principio a fin cuando ella toca la puerta del canal él le va enseñando el oficio y los secretos.
Y lo hace con tanta diligencia, respeto, inteligencia, prudencia, paciencia y talento que ella simplemente se enamora de él.
Incluso, en momento estelar se le declara.

DOS. Técnica del oficio

Redford, cuya primera película sobre periodismo fue “Todos los hombres del presidente” con Dustin Hoffman (caso The Washington Post y Watergate de Richard Nixon), se muestra como un profesor que antes ha enseñado a otros colegas novatos.
Por ejemplo, enseña a Michelle Pfeiffer la famosa pirámide invertida del periodismo a partir de las preguntas clases en todo hecho social: Qué, quién, cuándo, dónde, cómo, por qué y para qué.
Le enseña a editar las notas. Le enseña a mezclar y empalmar las voces, los sonidos y los ruidos. Y el paisaje urbano y suburbano.

TRES. La chica pueblerina

Es más, la lleva con la estilista y cosmetóloga del canal televisivo para ultra súper maquillaje.
Cambio de vestido. Colores preferidos en los vestidos. Corte de pelo. Color del pelo. El cambio de su imagen de chica aldeana a chica urbana.
Además, chica expuesta todos los días en la pantalla casera para ganar un lugar preferente tanto en el canal como ante los televidentes.
Y desde luego, actuar con integridad en el oficio para alcanzar y merecer la credibilidad.

CUATRO. Liberación femenina

En momento estelar, el resto del personal de la televisora le llama la protegida del jefe, y por añadidura, todo mundo la ha de respetar.
Pero para entonces, ella sueña con la independencia y la autonomía periodística.
Ella es, desea ser, por sí misma.
Entonces, renuncia al canal donde Robert Redford ha sido su maestro y toca otras puertas televisivas.
En el internet, ella habla con él sobre su libertad. Y terminan en la casa de soltero de Redford.
Al día siguiente, ella se retrae y decide quedarse en el mismo canal. Por él, digamos.
Pero él la anima y reanima y la alienta para buscar su identidad.

CINCO. El factor suerte

Dicen por ahí que el factor suerte es decisivo en la vida de un reportero.
Y el último día en el canal ella cubre un evento en la prisión de la ciudad y la violencia estalla.
Los presos contra el director del reclusorio.
Hay muertos. Tanto internos como policías. Grupos de presos contra grupos de presos.
Y desde la cárcel ella cubre con grandeza profesional la violencia.
Desde la unidad móvil del canal, Robert Redford la va guiando.
Y Michelle Pfeiffer se llena de gloria periodística.
El siguiente paso es un noticiero en cadena nacional desde Washington.
La enseñanza del profesor en una reportera talentosa. (lv)