Tesoro perdido
**En ciudad jarocha
**Libros de un profesor
EMBARCADERO: Un tesoro literario, cultural, pedagógico, filosófico y social quedó extraviado entre finales del siglo pasado y el siglo XXI en la ciudad jarocha... En ningún momento se trata de un patrimonio material, sino de un tesoro, incluso, artístico... Son los libros escritos y publicados por el doctor Diódoro Cobo Peña, quien fue maestro en el Ilustre Instituto Veracruzano, el INOCO (Instituto Nocturno de Orientación Cultural y Obrero) y la antigua facultad de Periodismo (hoy de Comunicación)
de la Universidad Veracruzana…
ROMPEOLAS: Cardiólogo especialista en el corazón infantil… Poeta… Escritor… Historiador… Filósofo y pedagogo… Y cinéfilo… Todas las noches, por ejemplo, era cliente número uno en los cinco cines de entonces en el puerto de Veracruz… Solía escribir en las tardes cumplida la faena magisterial… Y los sábados y domingos… En su casa se caminaba de puntillas en medio del montón de libros acumulados hasta en los pasillos pues tenía una habitación como biblioteca y era insuficiente… Además, estudiaba sobre cine y era crítico cinematográfico… Y con su cultura, un gigante del cine y de las letras…
ARRECIFES: Escribió y publicó un Tratado de Filosofía… Y un Tratado de Pedagogía… Y un Tratado de Literatura… Además, un libro de poemas, “Perfil de humo”, ganador de un premio literario y al que el filósofo y escritor, José Vasconcelos Calderón, su amigo, le escribió el prólogo… También escribió un Tratado sobre la Maternidad y cuya dedicatoria era la siguiente: “A las madres que lo son y a las mujeres que lo serán”… Lo escribió documentándose en el mayor número de libros de Filosofía, Pedagogía y Literatura… Y luego de muchas horas de cavilaciones y la búsqueda de puntos de encuentros y desencuentros…
ESCOLLERAS: Sus libros, el mayor compendio de un viaje sobre filosofía, pedagogía y literatura en la historia de las civilizaciones… Desde la Grecia, Atenas y Alejandría, las ciudades más cultas, hasta las grandes novedades de la historia… Y por eso mismo, un tesoro invaluable… Y por desventura, si sus libros se buscan en las bibliotecas locales ningún rastro… Incluso, se pregunta a los encargados de las bibliotecas y quedan sorprendidos y atónitos mascullando el nombre como si fuera una adivinanza…
PLAZOLETA: Quizá algún estudiante de su tiempo y/o un discípulo… Acaso un profesor contemporáneo… Quizá en la biblioteca de algunos de los directores del Ilustre Instituto Veracruzano en aquel tiempo bien pudieran tenerlos… Y de veras, de veras, de veras, un privilegio tener acceso a ellos… Una, por el recuento maravilloso… Dos, por la prosa rítmica que imprimía en su narrativa… Y, tres, por la claridad en su exposición… Cierto, se trata de libros antiguos escritos en el siglo anterior… Pero al mismo tiempo, con calidad de incunables… Maravillosos… Fuera de serie… Pero “ni modo, la vida es así y qué le vamos a hacer”… (lv)