Mil niños huérfanos
**Tsunami feminicida
**Un infierno llamado Veracruz
ESCALERAS: Hay más de mil menores huérfanos en Veracruz. Todos, entre niños y adolescentes. Son los hijos de las mujeres feminizadas y asesinados en los cuatro puntos cardinales del Estado jarocho.
La herencia fatídica de Cuitláhuac García Jiménez, el Rey de la Salsa y el Danzón y como ingresara a la historia local.
Además, encumbrando a Veracruz en el primer lugar nacional de feminicidios.
Más de mil niños, quedados a cargo, digamos, de los padres viudos responsables, los abuelos, los hermanos, los tíos, los primos, etecé.
Pero de igual modo, internados en una guardería, por ejemplo.
PASAMANOS: Con todo, nada, absolutamente nada sustituye el cariño y el amor y la ternura de una madre.
Tan necesitada en la formación familiar.
Y de siempre. Desde la niñez hasta la madurez.
Ellos quedaron sin madre debido al tsunami de violencia de norte a sur y de este a oeste del territorio estatal.
Un feminicidio y asesinato fuera de control. Descarrilado.
Simplemente, la autoridad no ha podido. No puede. Se ignora si algún día con el auxilio de Superman, Batman y El Hombre Araña pudieran enfrentar y confrontar con resultados a los malosos.
CORREDORES: En la formación familiar, el padre es indicativo y significativo. Pero la madre es decisiva.
Son niños que han seguido creciendo y “veinte y las malas”, digamos como una premisa universal, con un gran resentimiento social.
Resentimiento contra la vida. Contra la autoridad. Contra las tribus políticas. Contra los jefes policiacos y policías. Y contra los malosos.
Más, mucho más, en los casos de niños quedados por completo a la deriva.
Olvidados por el Estado.
Incluso, caray, los Colectivos integrados con madres y padres con hijos y parientes secuestrados y desaparecidos se ocupan de sus familiares ausentes.
Pero se ignora si se ocupan de los niños y adolescentes huérfanos.
Y hasta donde se sabe si bien se sabe, tampoco el Estado, digamos, a través del DIF y la secretaría de Desarrollo Social, ni los presidentes municipales, ni las ONG, ni las iglesias, se han detenido en tantos años volcánicos y turbulentos de los menores huérfanos.
BALCONES: Lo peor es que si Cuitláhuac García y asociados dejaron a Veracruz en el primer lugar nacional en feminicidios, el infierno feminicida continúa, imparable.
Además del montón de mujeres desaparecidos de acuerdo con el boletín de la Comisión Estatal de Búsqueda.
Además de las decenas, cientos quizá, de mujeres ejecutadas y/o secuestradas y/o desaparecidas sin reportarse, digamos, por el legítimo miedo de los familiares a hechos peores.
PASILLOS: Por eso, Veracruz es un infierno. El rincón más arrinconado del infierno, incluso.
¡Y qué difícil se ha vuelto vivir aquí!
Más de mil niños huérfanos a quienes la violencia feminicida arrebatara a sus señores madres.
Y constituye, ha de ser, la única vivencia que ellos tienen y sufren y padecen del Estado.
Más, mucho más, cuando hay un Estado indiferente y apático al dolor y el sufrimiento infantil. (lv)