“Dice: “Los diputados locales ya no taparán desvíos de los alcaldes”.
Lo jura y perjura y camina como peregrino en los cuatro puntos cardinales del Estado jarocho.

DOS. Aliados y cómplices bíblicos

Desde que el Poder Legislativo se instauró en Veracruz, y hasta llega la fama pública, los diputados locales han encubierto, tapado, negociado los trastupijes de sus ediles.
Desde la Comisión de Vigilancia integrada con quince legisladores, unos a otros se ponen de acuerdo para que por aquí ellos y/o el ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, descubran ilícitos e irregularidades, en automático se atraviese la negociación en las cañerías para limpiar el estercolero.
Por supuesto, el partido político en el poder queda con la mayor tajada.
Por ejemplo, si un partido purifica a par de ediles con la Cuenta Pública, entonces, el partido mayoritario logra el perdón para unos cinco, seis alcaldes.
Así, pian pianito, todos dichosos y felices.

TRES. Limpieza moral

Unas veces, el ORFIS, por ejemplo, quizá la misma Comisión de Vigilancia, se atragantan la boca política asegurando que las irregularidades fueron cubiertas y resueltas.
Pero como la limpieza ética, moral y étnica es parejo, entonces, todos callan.
Vaya, en el sexenio obradorista pusieron de moda en la cancha pública siguiente filosofía moral: “Si te cachan… te echas la culpa y te callas”.
Los alcaldes, síndicos y regidores y tesoreros municipales y directores de Obra Pública, convertidos en ángeles de la pureza.
Vaya, bien merecieran una estatua en sus pueblos como se la erigió la alcaldesa azul de Tlalixcoyan.

CUATRO. Pitorreo, burla, mofa…

La corrupción política es tanta que ni siquiera, vaya, Superman remediaría la página.
Menos, la actitud neurológica y existencial de tantas debilidades de las tribus políticas con las frases memorables y citables de “ordeñar la vaca” y “meter las manos al cajón”.
Bíblica la frase de un expresidente municipal: “Dejé de ser alcalde y dejé de ser pobre”.
Ningún ciudadano de a pie y motorizado cree en la filosofía política de don Esteban Bautista: “Los diputados locales ya no taparán desvíos de los ediles”.
Simplemente, suena y resuena a pitorreo. Burla. Mofa.
Y su nieve, ¿de qué la quiere, don Esteban?

CINCO. Químicos de la contabilidad

El jefe máximo de la JUCOPO, Junta de Coordinación Política, y que suele manejar el presupuesto, aconseja a los ediles “contratar despachos especializados para cerrar bien la Cuenta Pública”.
De entrada, ya los tienen o tendrán.
Pero más, mucho más indicativo lo siguiente:
Si los ediles “contratan un despacho especializado” es para arreglar y arreglar bien todas las cuentitas públicas bajo sospecha y evitar peor desaguisado en la Comisión de Vigilancia.
Y en el ORFIS, interponiendo denuncias penales en la Fiscalía General.

SEIS. Predicador moralino…

Esteban Bautista también llama a los alcaldes a “terminar unidos sin pelearse. Eso afecta”, les dijo en la Sala de Cabildo de Coatzacoalcos.
Ta’gueno.
El primer mandamiento de la Ley de Dios, por ejemplo, dice “amarse los unos a los otros” y la mitad del mundo y casi casi la otra mitad es desobediente.
Entonces, con tantos intereses y pasiones encontradas, los ediles se conflictúan disputando intereses.
Y la convocatoria moral del titular de la JUCOPO condenada al limbo y a la nada.
Y la nada… es nada.
Sólo resta vigilar con lupa la integridad de la Comisión de Vigilancia del Congreso… sin necesidad de andar de soflamero en el palenque. (lv)