par de nombres sucesores.
Uno, el diputado Diego Castañeda, aquel que interpusiera la iniciativa de ley para estrangular el tiempo de la Fiscalía General de nueve a cuatro años.
Y, dos, David Jiménez, titular del IVAI, Instituto Veracruzano de Acceso a la Información, condenado a desaparecer hacia el día último, aprox., del mes de marzo.
De acuerdo con los profetas, a Diego Castañeda se le cayó desde hace ratito.
Digamos, desde cuando hacia antes del inicio de Nahle como gobernadora, estuvo informada de los nombramientos que haría la gobernadora.
Y Diego Castañeda, bocón, les decía a los elegidos, digamos, para mostrarse como un político de todas las confianzas de Nahle.
Pero la indiscreción fue su talón de Aquiles.
Y aun cuando mantiene relación amical histórica con Nahle, ni modo, “el pez por su boca muere”.
Incluso, se afirma que Diego Castañeda estaba perfilado para jefe máximo de los diputados locales de MORENA y titular de la Junta de Coordinación Política, JUCOPO, encargada de operar el billete del presupuesto.
Pero por la boca floja se le derrumbó la posibilidad y fue cuando el diputado Esteban Bautista Hernández se encumbró.
Y al mismo tiempo, David Jiménez, otro amigo de Nahle, tomó fuerza para la Fiscalía General.
En el trascendido late que desde hace rato acuerda con la gobernadora sobre la procuración de justicia.
Vaya, una vez por semana.
David Jiménez fue, hasta donde se sabe si se sabe bien, el encargado de integrar el expediente negro en contra de los Yunes azules.
Y en nombre de Nahle rascó información privilegiada tanto en la Fiscalía General de Veracruz como en la Fiscalía General de la República.
Y cuando tenía integrado el expediente para proceder por la vía penal apareció el debate sobre la Reforma Judicial de Andrés Manuel López Obrador en el Senado de la República.
Y Miguel Ángel Yunes Márquez votó a favor y el operativo fue enviado (por lo ponto) al archivo muerto.

2 (La jugada está amarrada)

David Jiménez, parece, es amigo y gente de Esteban Ramírez Zepeda, coordinador estatal de MORENA.
Y, bueno, uno y otro está bien macizos en los cargos.
Con todo y que, por ejemplo, el trascendido en el pasillo político de que Zepeda ocuparía la curul como suplente de Diego Castañeda pues iría a la Fiscalía.
Pero Zepeda continuará en MORENA y Castañeda en la curul y Diego Jiménez pasará, pasaría, del IVAI en extinción a la Fiscalía.
Por tanto, Zepeda tiene garantizada la vida partidista y podrá seguir con su vocación cervecera con uno o dos cartones a un lado y en restaurantes populacheros… como le gusta.
Y con el próximo Fiscal General como aliado.

3 (Crónica de una renuncia anunciada)

Nunca un tejemaneje tan cardiaco con la Fiscalía como ahora.
Un tiempo político como un tsunami.
La crónica de una renuncia mil veces anunciada en tanto la señora Verónica Hernández como el cuento más corto del mundo escrito por Tito Monterroso de que “al despertar el dinosaurio seguía ahí”.
Un poquito de tiempo llevó a Jorge Wínckler sentarse en el palacio de justicia pues Bravo Contreras se defendió “como gato boca/arriba”.
Más rápido entró Bravo Contreras a la entonces Procuraduría de Justicia pues su antecesor, el maestro Reynaldo Gaudencio Escobar Pérez fue (y es) un hombre digno y respetado.
Y cuando aquel tiradero de treinta y tres cadáveres en la avenida Adolfo Ruiz Cortines en Boca del Río, frente a plaza comercial, le devolvió la mentada de madre al gobernador Javier Duarte.
Y de inmediato le envío su renuncia.
Y Bravo Contreras fue el abogado más feliz del Golfo de México.
Pero bien dijo su señora madre a Fidel Herrera Beltrán cuando salió de Nopaltepec a buscar la vida: “No tengo nada que darte, pero te daré un consejo: nunca pelees con una mujer porque es pelear con doscientos hombres al mismo tiempo”.
La señora Verónica Hernández ahí sigue.
Los días y las noches van contando… (lv)