Comandante policiaco
**Desaparición forzada
**Muerte en Paso del Macho
ESCALERAS: El 22 de noviembre del año 2019 (primer año de Cuitláhuac García Jiménez) en Paso del Macho fue incautado el joven de 21 años de edad, Gabriel Humberto Cobos Ramón.
Manejaba su automóvil.
Desde el día fue declarado desaparecido.
Días después, lo hallaron muerto.
Además, desembrado.
Además, flotando en las aguas del río Atoyac.
Luego de una investigación de la familia, la sospecha total y absoluta recayó sobre el comandante de la policía de Paso del Macho, Mario.
Mario N.
Y el comandante huyó del pueblo.
PASAMANOS: Durante los años 2019, 2020, 2021, 2022, 2023 y 2024, nunca, jamás, fue ubicado.
Pero estaba prófugo en Querétaro donde laboraba como jefe de seguridad en una clínica médica.
Y en un operativo de la Fiscalía General de Querétaro y a petición de la Fiscalía de Veracruz fue detenido.
El jueves 30 de enero de este año concentrado en Huatusco para someterse a juicio penal ante el Juez de proceso y Procedimiento penal Oral.
El delito es simple y sencillero, pero aterrador.
Y más aterrador porque el policía era comandante en Paso del Macho.
Desaparición forzada de personas.
CORREDORES: Por cierto, el mismo día cuando el excomandante fuera trasladado de Querétaro a Huatusco, en San Andrés Tuxtla, cuatro policías municipales fueron detenido por atropellar a un niño, R. A. M. V.
Y además del atropello, arrollado.
Fue en la comunidad El Salto de Eyipantla, digamos, centro turístico por excelencia.
Ese mismo día, en la ciudad jarocha, una niña de once años de edad sufrió un ataque sexual en el fraccionamiento La Herradura.
Tiene once años. Regresaba de una tienda a casa. Era la noche. Que en un desconocido fue el autor. Hasta ahora, sin ser detenido.
BALCONES: ¡Ay, los policías!
Los ocho policías de Tlateltela agarrando a patada limpia a un vecino.
Los policías de la Fuerza Civil asesinando a dos hermanos, padres de seis hijos menores de nueve años, en Totalco, Perote.
Y cuando el desalojo policiaco de los vecinos plantados ante las oficinas de las Granjas Carroll, la transnacional criando cerdos en el pueblo.
Caray, los ocho policías secuestrados y desaparecidos hasta la fecha en Úrsulo Galván en el sexenio de Javier Duarte, quien todavía vive en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México.
PASILLOS: Mario N., el comandante de Paso del Macho.
El jefe de jefes de los policías municipales.
El mero mero. El patroncito. Metido hasta el tuétano en la desaparición forzada.
Se entiende: ninguna lupa para seleccionar al personal de la secretaría de Seguridad Pública y de cada Ayuntamiento.
En todo caso, quizá, quizá, quizá, una lupa, pero sin el detector de mentiras.
Además, la presunta investigación superficial sobre su pasado.
Y si el comandante estaba en la desaparición forzada, caray, ya podrá imaginarse la prontitud del cuerpo policiaco para quedar bien con el jefe de jefes.
VENTANAS: La desaparición forzada, “un delito de lesa humanidad que nunca prescribe”.
Da horror, miedo, “miedo al miedo”, pánico, terror, angustia, desesperación, toparse con un policía en la noche.
Pero también en el día.
Y más, mucho más, toparse con una patrulla policiaca, digamos, en la madrugada.
Los policías que protegen, ajá, a la población. (lv)