En la secretaría de Educación, SEV, manotazo de Nahle.
La Oficial Mayor, María Esther Reyes, fue destituida.
Apenas, apenitas, dos meses en el cargo.
Ella fue tesorera en la secretaría de Finanzas y Planeación de Cuitláhuac García Jiménez.
En una versión: Que María Esther Reyes se fue porque no se adoptaba al estilo personal de ejercer el poder de la titular de la SEV, Claudia Tello.
Ni tampoco al estilo de Nahle.
En otra versión: Que en dos meses se embarró en contratos irregulares.
A propósito, por ejemplo, de la denuncia en el Congreso local del diputado priista, Héctor Yunes Landa, de unos doscientos contratos a la empresa "Soluciones y Milagros".
Entonces, que en el caso estaba involucrado el titular de la SEV con Cuitláhuac, Zenyazen Escobar.
Zenyazen "se lavó las manos" e inculpó a la Oficial Mayor en su tempo, Ariadna Selene Aguilar Amaya.
Y Aguilar Amaya también "se lavó las manos".
Ya se sabe, el Segundo Piso de "la honestidad valiente y la purificación moral".
Así, y de pronto, la guillotina para renunciar a María Esther Reyes.
Y más porque en el sistema político ningún subalterno renuncia por voluntad propia.
Aun cuando, claro, se dan casos.
Pero casos excepcionales.
Por lo pronto, el agua sucia en las cañerías.
Antes, hace poquito, el reality show en el Congreso local con los precios inflamados para comprar Tabletas Electrónicas para los diputados con Juan Javier Gómez Cazarín como titular de la Jucopo.
El políticos "de los ideales" firmes e inalterables.