Policías asesinos
**Crimen de un profe
**De puñalada en puñada
**Saña perversa
UNO. Policías asesinos
Policías, expolicías (vaya el chamán a saber) presuntos asesinos. En Córdoba. De un académico de la Universidad Veracruzana.
A: se introdujeron en su casa en Las Quintas.
B: lo mataron a puñaladas. Una tras otra. Una tras otra. Una tras otra.
C: le cortaron el cuello.
D: lo maniataron.
E: le amarraron la boca con cinta gris.
F: vendaron con cinta gris parte de la cara.
E: le robaron el vehículo.
Y, F: huyeron tan campantes y se perdieron en el día y la noche violenta y volcánica de Veracruz.
En el aire flota el avisito parroquial: “La inseguridad ha bajado muchísimo”.
Y la otra cruda verdad:
Los crímenes que están ocurriendo “son hechos aislados”.
Palabra de gobernadora.
DOS. Policías sicarios
Indicativo y significativo: Desde hace ratito, cada vez cuando elementos policiacos son involucrados en hechos delictivos, en el boletín oficial siempre dicen que son ex policías.
Expolicías… malandros y sicarios y asesinos.
En ningún momento, policías en activo, sino dados de baja.
El maestro Ehdibaldo Presa Parra asesinado en Córdoba por expolicías.
Las corporaciones policiacas a salvo, en su honor y prestigio.
TRES. “Hechos aislados”, qué caray…
Y, bueno, si en el crimen del académico de la UV participaron expolicías, el mismo día cuando fueron detenidos; otros “hechos aislados”.
En Boca del Río, por ejemplo, par de encapuchados asaltaron a despachadores de gasolineras.
En Paso del Toro, municipio de Medellín, un chico de 21 años fue asesinado… a machetazos.
En Orizaba, fue desaparecida Isabella Mía Rentería Carrillo, de 16 años.
Y en la ciudad jarocha seguía desaparecida Lucía Montoya, de 17 años.
Y en Mariano Escobedo, una niña de diez años de edad se suicidó.
Y en Perote desaparecieron al trailero Ángel Rivera Ochoa, de 30 años (Notiver).
Entre otros sucesos de la página roja.
El Veracruz turbulento y huracanado inevitable.
CUATRO. Los días zangoloteados
Policías y/o expolicías los presuntos homicidas del académico en Córdoba estremecen y zangolotean los días y las noches.
Caray, una pesadilla sentir, imaginar, que la policía sigue involucrada en la violencia.
Y en contra de los ciudadanos de a pie y motorizados y quienes suelen llevar una vida sencilla y modesta y sin pleitos con nadie.
Peor, mucho peor y como en el caso, cuando los policías te caen en tu domicilio particular y te asesinan.
¡Vaya estrategia de garantizar la seguridad en la vida y los bienes de la población gobernada!
CINCO. “La cruda realidad”
Incluso, y a partir de tantos hechos delictivos donde los policías son actores principales se tiene la percepción de formar parte de la vida cotidiana.
Por tanto, inevitables para el resto de los años de aquí a cuando el Fin del Mundo esté sonando en las goteras de las ciudades y los pueblos.
Lo dice un personaje literario del escritor Carlos Fuentes Macías: “¡Aquí nos tocó, qué le vamos a hacer!”.
Bienvenidos, pues, y todos, a “la cruda realidad”.
SEIS. La Señora Impunidad
Impunidad en el asesinato de dos hermanos en Totalco, Perote, cometido por elementos de la Fuerza Civil.
Y aun cuando la Fuerza Civil fue desaparecida (ajá), en automático reinstalados los policías en la secretaría de Seguridad Pública, pues así, tal cual, gobernó Cuitláhuac García.
Y en la impunidad la madriza de ocho policías a un ciudadano en Tlaltetela y que el presidente municipal anunciara que investigaría cuando de por medio hay un video filmado por los vecinos.
Simplemente, los policías siguen inspirando miedo, pánico, terror y horror. (lv)